Migrantes cubanos se ganan la vida en México como barberos mientras esperan por su asilo político en EEUU

Redacción

Estos dos migrantes cubanos los unía en Cuba su pasión como barberos y con esta profesión ahora se ganan la vida en una pequeña barbería que han creado en México, donde desde hace meses se encuentran varados a la espera de su asilo en Estados Unidos. Su arte con las tijeras y los estilos que logran le han ganado el respeto de cientos de mexicanos, que ya se declaran clientes fieles de su negocio.

En el mismo centro de la ciudad fronteriza de Tapachula, Francisco Reyes decidió abrir una barbería “para ganarse unos kilos” mientras esperaba por su turno con los oficiales de Inmigración en Estados Unidos. Allí se le unió Reynier Rodríguez, quien en la isla también se desempeñaba como barbero. Cuando Rodríguez se acercó para preguntar si había algún puesto de trabajo disponible, Reyes no se lo pensó para darle la bienvenida a su compatriota.

Ahora el negocio es todo un éxito, tanto entre los mexicanos, como entre los cubanos como ellos, que desean hacerse los mismos cortes que ya se realizaban en la isla.

“Los cortes tenemos una lista, van desde los 50 pesos mexicanos hasta 70, no se le puede cobrar más a la gente acá. La gente aquí en Tapachula, nos busca a nosotros, nos quieren por nuestro trabajo, que tratamos de realizar al cien y lo hacemos de una manera profesionalmente”, comentó a nuestra redacción Reyes, quien desde hace 11 meses está a la espera de poder finalizar su proceso de asilo.

Tanto Francisco como Reynier ganan unos 800 pesos mexicano diarios cortando el cabello. Esto les alcanza para comprar comida, pagar el hospedaje y la renta del local.

Aunque Reyes tiene claro que su objetivo es vivir en Estados Unidos, Reynier no lo tiene claro.

“Quisiera legalizarme aquí en México, seguir trabajando en esto y tratar de ayudar a familia desde aquí mismo”, comentó. “Yo me he dado cuenta que las posibilidades son más reales aquí en estos momentos que en Estados Unidos”, agregó.

Como ellos, cientos de cubanos se han comenzado a integrar a la vida diaria en México, algunos en puestos de comida, otros limpiando oficinas y los más afortunados abriendo sus propios negocios.