El increíble banquete en La Habana que reunió a los principales jefes de la mafia de EEUU

Redacción

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El increíble banquete en La Habana que reunió a los principales jefes de la mafia de EEUU

Tras el fin de la segunda Guerra Mundial, el gobierno norteamericano concedió la libertad a uno de los pilares de la mafia del imperio criminal en Estados Unidos. La amnistía se produce a modo de pago por la deuda contraída por el gobierno con la mafia de Nueva York, la cual mediante su influencia en los muelles fue de vital importancia para la descarga de mercancía que entraba y salía en los buques desde o hacia Europa.

En aquel entonces, Luciano, como se nombraba el beneficiado, había sido recluido por diversos delitos que iban desde el juego ilegal hasta el tráfico de drogas.

Luego de salir de prisión, “El Lucky”, como también se le conocía, fue deportado a su natal Italia.

El tiempo iba pasando, pero el connotado capo no se adaptaba de ninguna forma a vivir lejos de su imperio criminal.

Con la meta fijada en volver a sus andadas de una forma u otra, Luciano se las ingenió junto a su mano derecha Meyer Lansky, para esquivar el exilio y celebrar una cumbre de mafiosos en la esplendorosa Habana.

La reunión se planificó para diciembre de 1946 y el lugar escogido para ello fue nada más y nada menos que el Hotel Nacional de Cuba.

Para Lucky Luciano no fue nada fácil llegar a Cuba, pues  tuvo que realizar varios desvíos durante su viaje a la Isla para poder burlar al FBI y a las autoridades de Inmigración. Sin embargo, finalmente consigue entrar por Camagüey a inicios del mes pactado. Allí fue recibido por su amigo Lansky y contó con al invitación a una cena por un acomodado político de la zona.

Era la primera vez que Lucky degustara la comida criolla cubana y lo hizo a todo dar, en el lugar de la cena lo esperaba un bufet compuesto por deliciosos pedazos de carne de cerco asada , acompañados por los típicos frijoles, ensaladas, arroz a la marinera y muchas otras delicias bien escogidas dentro de la alta cocina tradicional cubana.

Finalmente, Luciano se traslada a La Habana días antes del esperado encuentro y se hospeda en la suite 211 del Hotel Nacional.

La conocida como “Reunión de La Habana” es considerada como una de las mayores conspiraciones mafiosas de todos los tiempos, ya que en esta se dieron cita miembros de las más grandes familias criminales de todos los territorios.

La reunión tuvo lugar de acuerdo a lo planeado entre los días 22 y 26 del último mes de 1946 en una de las instalaciones del Hotel Nacional, llegando a contar incluso con la presencia de Frank Sinatra.

La información que ha trascendido hasta la fecha señala que en la comelata “tiraron el hotel por la ventana”, ya que los platillos degustados fueron mucho más allá de un simple caviar, champañas o vinos finos.

La opulencia de aquel banquete de mafiosos abarcó platillos tan refinados como pechugas de flamenco horneadas, carne de manatí cubano, especie que se encuentra actualmente en peligro de extinción al igual que el venado y el carey, que también formaban parte del manjar al que se le sumaban mariscos como los cangrejos, langostas y pescado emperador que se servían siempre acompañados de ajo y jugo de limón.. Todo acompañado de los más excelentes rones cubanos, cervezas y Tabacos Montecristo.

Las condiciones gastronómicas garantizaban que luego de aquella majestuosa cena se pudiera tomar cualquier tipo de decisión que se hiciese necesaria, y así fue. Tras el banquete, el liderazgo de Luciano se afianzó al frente del poderío mafioso.

Tanto llegaron a gustarle a Luciano los encantos de La Habana que decidió prolongar su estancia en la Isla y disfrutar de los mejores restaurantes, negocios y de las más bellas mujeres con las que se le solía ver por aquellos días de vida desenfrenada en suelo cubano.

A pesar de lo aclamado que era y de las presiones ejercidas por los grupos de la mafia cubana en aras de proteger y conservar inmune a su líder, las autoridades cubanas y el FBI aunaron esfuerzo a favor de acabar con él por alguna vía.

Fueron muchas las peleas legales entre ambos gobiernos para lograr una solución, hasta una tarde en la que el capo terminaba su almuerzo en un establecimiento donde ofertaban una rica comida criolla del vedado habanero, que fue arrestado y posteriormente devuelto a Italia.