Carne de res, el sueño prohibido en la mesa de los cubanos

Redacción

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En una tarde cualquiera, un vendedor ilegal de carne de res cerró el trato con un matarife al sureste de La Habana para hacerse con varios boliches “al por mayor”.

La carne de res “sale fácil”, sobre todo en restaurantes privados y al venderla en menor cuantía a vecinos pudientes del barrio.

“No me duró nada. Cuando llegó la noche ya no tenía ni una libra. A los cubanos les encanta comer carne de res, pero eso se ha vuelto un lujo en el país. Los que no tienen mucha plata no se empatan con un bistec de res en años”, cuenta este vendedor.

En Cuba funciona de manera clandestina toda una red que incluye matarifes, carniceros y vendedores, los cuales se ganan la vida con lo que sacan del hurto y sacrificio del ganado mayor.

El precio en las tiendas estatales es prohibitivo

“La historia comienza al divisar alguna vaca que no esté bien custodiada. Es en ese momento que se empieza a calcular la mejor forma de darle matarile sin que nadie se dé cuenta y se cuadra con algún transporte para mover la mercancía a La Habana que, es donde tiene mejor salida”, añade.

“De un torete de mil libras se sacan más de 1500 CUC. Además, tanto al que mata al animal, como al que lo transporta, le salen gratis algunas libritas para su consumo”, cuenta un matarife del centro del país.

Según detalla, lo mismo le pasan la cuenta a un ternero, que a una vaca adulta o a un caballo.

“Si tienes cuatro patas se va del aire. Eso sí, siempre hay que tener cuidado de no matar al ganado enfermo, ya que, si te coge la policía, además de los años que te caen arriba por matarlo, te meten otros más por la cabeza por daños a la salud humana”, añade.

Durante los primeros años del Gobierno de Fidel Castro, cuando la gran mayoría de los cubanos se paseaba con pantalones Jiquí, camisas Yumurí y zapatos de cuestionable calidad, la vetusta libreta de abastecimiento permitía que los cubanos llevaran a sus mesas media libra de carne de res cada nueve días.

Con un torete de mil libra se puede ganar entre 1.300 y 1.600 chavitos (cuc)

“El ciclo se fue alargando poco a poco. Primero la carne de res comenzó a llegar cada 15 día, luego una vez al mes, hasta que un día se fue para no volver. Como mismo sucede con el pescado fresco, la leche, los camarones y, hasta las naranjas y mandarinas, la carne de res pasó a convertirse en un lujo que muy pocos cubanos pueden permitirse”, cuenta un carnicero que reconoce que sacó bastante dinero vendiendo carne de res por la izquierda en los años 80, pero que ahora solo le queda luchar el diario vendiendo mortadela y esa masa conocida como picadillo de soya.

“¿Dónde coño están las vacas? No me digan que se fueron en balsa cuando el Mariel o que andan pidiendo asilo en la frontera de México con Estados Unidos. Ninguna vaca se ha visto haciendo cola para pedir visa para algún país ni haciéndose ciudadana española porque su abuela era gallega. ¡Que a nadie se le ocurra decir que se fueron de misión!”, añade.

En Cuba solo se matan reses en los mataderos estatales; el resto se considera “sacrificio de ganado mayor”, lo cual casi siempre viene acompañado de huerto, que contempla penas de privación de libertad de entre 4 y 10 años.