Miami… La otra Habana a noventa millas de Cuba

Redacción

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Miami... La otra Habana a noventa millas de Cuba

Cuando Mirta menciona que va a viajar a Miami, lo hace con tal naturalidad que pareciera que se refiere a una provincia más de Cuba. De igual manera sucede cuando sus hijos, Yaíma y Yaiko, viajan a La Habana, aun cuando llevan más de una década viviendo en Estados Unidos.

Se les escucha hablar del viaje como si tomaran un taxi para trasladarse dentro de una misma ciudad. Como si el trayecto de una lado a otro lo pudiesen realizar en un almendrón de los que circulan en la Isla.

Si se sumasen los cubanos y sus descendientes que actualmente residen en Florida, más todos aquellos que van de visita, la cifra de seguro igualaría o incluso sobrepasaría el número de habitantes que posee la capital cubana, contando también a la población flotante ilegal.

Estaríamos hablando de más de 2 millones de personas, de las cuales una buena parte estaría concentrada en Miami.

Esto pudiera disputar de alguna manera la condición de “capital de todos los cubanos”, ya que La Habana es cada vez menos asequible y atractiva para aquellos que no tienen “FE”, es decir, “familia en el extranjero” que les mande dinero para cubrir sus necesidades.

A diferencia de hace dos o tres décadas, cuando se decía que Miami era “El Norte“, “La Gusanera” o “El Enemigo”, hoy la mayor parte de los cubanos quisiera tener un familiar en Miami, más aún con la apertura de las nuevas tiendas en MLC, a donde se han trasladado los pocos suministros con los que contaba la Isla y donde el que no tiene “verdes” no puede ir a comprar.

Ahora resulta mucho más difícil hablar del Miami cubano como “lo extranjero”, “lo otro”, a pesar de que, con razón, para muchos continúa siendo sinónimo de exilio.

En las conversaciones cotidianas de los habaneros, Miami no es una ciudad ajena, pero tampoco una extensión de esa Cuba insular. Muchos dirán que Miami está lo suficientemente cerca como para convertirse en la alternativa a todo eso que han marcado como negativo.

Es frecuente entre los habaneros el mencionar que Miami no es una ciudad ajena, pero tampoco una extensión del “verde caimán”. No pocos se quedarían pensando si se les preguntase…

¿Miami es la Habana que queremos o La Habana es el Miami que tenemos?