El esperado relajamiento de las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca pudiera verse afectado incluso antes de iniciar

Redacción

Opositores cubanos envían advertencia al presidente Joe Biden ante anuncio de próximo acercamiento al Gobierno cubano

El esperado relajamiento de las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca pudiera verse afectado incluso antes de iniciar, pues un estudio que salió a la luz hace unas horas de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina volvió a traer a colación los ya olvidados y misteriosos ataques sónicos que sirvieron de pretexto a la administración del presidente Donald Trump para suspender la mayoría de los servicios de su Embajada en La Habana.

Según este estudio, la causa más probable de la serie de aflicciones que enfermaron a espías y diplomáticos estadounidenses en Cuba en los últimos años fueron consecuencia de la energía de radiofrecuencia, un tipo de radiación que incluye microondas.

La causa más probable de una serie de misteriosas aflicciones que enfermaron a espías y diplomáticos estadounidenses en el extranjero en los últimos años fue la energía de radiofrecuencia, un tipo de radiación que incluye microondas, concluyeron en un informe las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina.

La conclusión de un comité de 19 expertos en medicina y otros campos citó a la “energía de radiofrecuencia pulsada dirigida” como “el mecanismo más plausible” para explicar la enfermedad, que llegó a conocerse como síndrome de La Habana, aunque dijeron que no podían descartar otras posibles causas y que factores secundarios pueden haber contribuido a los síntomas, según una copia del informe obtenida por The New York Times.

El informe, encargado por el Departamento de Estado, ofrece la explicación más definitiva hasta ahora de la enfermedad que afectó a decenas de empleados gubernamentales, primero en la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Muchos de los agentes sufrieron mareos, fatiga, dolores de cabeza y pérdida de audición, memoria y equilibrio, y algunos se vieron obligados a jubilarse definitivamente.

Lo que presenta algunos problemas para el presunto presidente electo Joe Biden, quien ha prometido “descongelar” las relaciones con Cuba en lugar de castigos, bloqueos y sanciones. Sacrificó el voto cubanoamericano y perdió Florida, efectivamente, por un amplio margen. Pero eso no importó mucho, porque está dispuesto a restaurar las políticas fallidas del presidente Obama.

Según Foreign Policy, un trapo político puntiagudo para el pantano de Washington:

“Mientras el presidente electo Joe Biden se prepara para asumir el cargo, todas las señales apuntan a un cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba. En la campaña electoral, Biden indicó con entusiasmo que buscaría una apertura con la dictadura para revertir el curso de cuatro años de sanciones bajo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Las políticas de Trump deshicieron gran parte del trabajo de la administración Obama para romper el estancamiento de larga data entre Estados Unidos y Cuba, como normalizar las relaciones con la dictadura de Castro, ofrecer concesiones y trabajar en estrecha colaboración con los funcionarios cubanos para reiniciar las relaciones económicas y diplomáticas”.

Según Reuters, un importante asesor de política exterior de Biden dijo bajo condición de anonimato la semana pasada que el demócrata “revertiría las decisiones que separan a las familias, las limitaciones en los viajes familiares y las remesas” si ganaba la Casa Blanca.

Eso sugiere, entre varias medidas, que Biden podría volver a dotar de personal a la embajada de Estados Unidos en La Habana, que la administración Trump redujo a una dotación de personal esquelética después de una serie de enfermedades misteriosas entre los diplomáticos estacionados allí.

¿Cómo se procesarán exactamente las visas, por ejemplo, sin una embajada de los EEUU? ¿Comenzará Biden a enviar diplomáticos estadounidenses a La Habana después de que supuestamente el gobierno cubano dañara e inhabilitara, y mintiera sobre, los ataques de microondas contra diplomáticos y personal de la embajada estadounidense? ¿Quién querría ir allí con la perspectiva de sufrir lesiones cerebrales por microondas que le cambiarían la vida como recuerdo cubano?