
Con 23 zafras a sus espaldas, este excombatiente cubano vive en extrema pobreza
Baracoa, la más oriental de las provincias, ha sufrido a lo largo de los muchos años el azote de ciclones, la precariedad y la escasez. Es el turno ahora de este cubano de alzar la voz en defensa de sus derechos fundamentales, y uno de los más prometidos por la Revolución: una vivienda digna.
Miguel Mariano Matos, de 79 años, lleva a sus espaldas el esfuerzo sufrido en 23 zafras cañeras y años de combate en las brigadas de “Lucha contra bandidos”.
Las precarias condiciones en las que vive fueron visibilizadas vía Facebook gracias al trabajo del “Observatorio Cubano de Derechos Humanos”.
En el audiovisual comenta los perjuicios que provocó, en su casa, el ciclón y la pésima situación en la que se encuentra, la cual no ha sido atendida por los organismos estatales, ni por la excusa de ser ex-combatiente.
El vetusto jubilado formó partepor más de 12 años en la “Lucha contra Bandidos”, y ni por esas se ha intentado mejorar sus circunstancias habitacionales: una choza de madera con techos de planchas de metal donde vive una familia de 5 personas y hay goteras por todas partes.
El anciano se lamenta y resigna repetidamente, como en un bucle, cuando cuenta que todo el capital con el que cuenta se lo tiene que gastar en fármacos para tratar sus padecimientos.
Relata que los organismos y los cargos que tienen que conocer sobre su situación, la conocen, pero no les podría importar menos; no lo atienden en los absoluto, y de vez en cuanto recibe a algún funcionario que solo retrasa el asunto y miente para ‘quitarse el muerto de encima’.
El tratamiento que recibe su situación por parte de las autoridades locales, municipales y provinciales le quitan toda esperanza de, en algún momento, poder disfrutar de una vivienda digna (pese a que en la Constitución de Cuba dice que todos los cubanos tenemos derecho a una). Ya su resignación es más grande que su espíritu.
Miguel Mariano Matos no es el único anciano jubilado, lleno de achaques y sin ningún tipo de ayuda económica, que está totalmente desatendido por el Gobierno cubano, a pesar de haber trabajado desde temprana edad para desarrollarse y para dedicar su esfuerzo a la presunta causa revolucionaria cubana de construir una sociedad más consciente y humana.
Dado que la población cubana es una de las más envejecidas de la región y del mundo, representantes del Gobierno cubano han expuesto que la responsabilidad de todos los ciudadanos mayores de 60 años no puede caer sobre el Estado. A pesar de que constituye una realidad, también lo es el hecho de que hay miles de ancianos cubanos a los que no les alcanza la pensión (por jubilación o por viudez) y que no tienen descendientes o familiares que los acojan o soporten.
La Tarea Ordenamiento ha traído el fin de los subsidios en Cuba, luego de 60 años donde todo era gratuito o subsidiado. Debido a esto, las circunstancias de los ancianos continúan empeorando, pues hasta los precios de los comedores sociales han subido y muchos no tienen ningún acceso a divisas extranjeras, las que resultan esenciales para sobrevivir en Cuba a día de hoy.