
Decenas de jóvenes cubanos que se manifestaban frente al Ministerio de Cultura en La Habana son enfrentados a golpes por funcionarios de la institución
Al menos una veintena de jóvenes artistas cubanos se plantaron desde horas tempranas de esta mañana frente a la sede del Ministerio de Cultura en La Habana, para retomar la protesta del pasado 27 de noviembre del 2020, cuando al menos 500 personas se agruparon en este lugar para exigir al Gobierno una serie cambios entre los que pedían mayor libertad de expresión y eliminar la censura que sufren los que no comparten las ideas de la Revolución en su obre.
Sin embargo, en esta ocasión la manifestación ha sido enfrentada desde el principio, quizás para evitar que se siguieran sumando más manifestantes a lo largo del día.
“Aquí no pueden estar, esto es un lugar púbico, pero aquí no pueden estar. Es la vía publica, pero en medio de la COVID y frente al Ministerio de Cultura no pueden estar. Les dije lo que vamos a hacer”, se le escucha decir al viceministro de Cultura, Fernando Rojas, quien salió a la calle a enfrentar en tono muy descompuesto a los manifestantes.
Un fuerte operativo policial se desplegó en toda la zona, estableciendo un cerco militar en las calles que permite el acceso al Ministerio. Testigos dentro del área cercada denunciaron que no los dejaban ni salir ni permitían el acceso a ninguna persona.
“Tenemos la calle cerrada, aunque no nos dejen pasar no nos moveremos”, se puede escuchar a uno de los jóvenes manifestantes en una transmisión compartida en las redes sociales.
En una transmisión en directo que estaban realizando los integrantes del sitio web Periodismo de Barrio, se puede observar como varios funcionarios del MINCULT comienzan a caminar de forma amenazante hacia los manifestantes y se lanzan con violencia sobre ellos, entre los gritos de algunos que pedían el cese de esa agresión, tras un intento fallido de diálogo con las autoridades.
La transmisiones de los medios independientes que estaban cubriendo la noticia fueron abruptamente interrumpidas simultáneamente, al parecer por un corte del servicio de Internet en la zona realizado por ETECSA.
Testigos que encuentran en el lugar explicaron que varios ómnibus llegaron con policías y militares, los cuales comenzaron a detener con violencia a los manifestantes.
La manifestación se organizó dos meses después de la ocurrida en noviembre, en la cual las autoridades inicialmente se habían comprometido a dialogar y escuchar las demandas de los artistas e intelectuales, para luego romper la promesa y acusarlos de ser “mercenarios” pagados por el Gobierno de Estados Unidos que buscaban desestabilizar el país.