Gobierno cubano dedicará una serie de monedas de oro y plata a la leyenda del ballet Alicia Alonso, que estarán valoradas en miles de dólares

Luisa del Llano

Gobierno cubano dedicará una serie de monedas de oro y plata a la leyenda del ballet Alicia Alonso, que estarán valoradas en miles de dólares

El Banco Nacional de Cuba emitirá una serie de monedas conmemorativas para fines numismáticos dedicada a la legendaria bailarina de la isla Alicia Alonso (1920-2019), como homenaje a su centenario, informaron medios estatales.

Cada pieza llevará impresa en el anverso la imagen de la reconocida bailarina y coreógrafa, quien fuera por largos años y hasta su muerte la directora general de la compañía de danza clásica Ballet Nacional de Cuba (BNC).

La serie numismática, que en el reverso de las monedas tendrá estampado el escudo de la isla caribeña, contará con 200 ejemplares en oro, 2.000 en plata y 5.000 en cuni (aleación de cobre y níquel).

De la acuñación de las monedas, una de las diversas acciones por el onomástico de la artista, se encargará la empresa comercializadora integral de Tecnologías Especiales Desarrolladas a través de la Casa de la Moneda de Cuba, según los detalles divulgados por el Ballet Nacional de Cuba.

Fallecida el 17 de octubre de 2019, Alonso cobró fama por sus prodigiosos giros y la manera particular de adueñarse de la técnica, de tal manera que diversos historiadores aseguran que estaba destinada para la danza, el lenguaje mediante el cual podía relatar cualquier historia, aunque solo moviera las manos.

Las actividades comprendidas en el calendario por su siglo de existencia, fueron canceladas producto de la pandemia de la Covid-19, por lo cual se extenderán hasta diciembre de 2021, ‘a fin de poder cumplir con la gloria que le corresponde’, expresó Viengsay Valdés, directora general del Ballet Nacional de Cuba.

Alonso nació el 21 de diciembre de 1920, pero alcanzó su altísimo nivel profesional en Estados Unidos, donde participó de la fundación del American Ballet Theatre, en 1940.

Convertida en estrella de esa compañía, vino a La Habana ocho años después para fundar el actual Ballet Nacional de Cuba, junto a los hermanos Fernando y Alberto Alonso.

En los escenarios, Alicia probaba cada experimento con su sublime manera de danzar y la entrega sin igual a una profesión muy exigente, por la cual estuvo dispuesta a renunciar a su propia visión, tras ser advertida por los médicos de los peligros de saltar y moverse con dinamismo para una persona como ella.

Muchos admiraron la decisión personal de seguir bailando mientras se quedaba ciega, un mérito indiscutible y excepcional, aunque hasta el final  los medios de prensa continuaron hablando de ella como si pudiera ver a la perfección.