El Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorios y, por consiguiente, el Estado cubano, han comenzado a abrir tiendas de animales, pese a haber sido aprobado hace poco el Decreto-Ley de Bienestar Animal en Cuba (aunque aún no ha sido publicado).
La entidad cubana, perteneciente a BioCubaFarma, fue atacada por esta decisión por miembros de Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) en redes sociales. Esa asociación se opone totalmente a la comercialización de animales de cualquier tipo, y no ve sentido en que el Cenpalab comience a gestionar la venta estatal de animales cuando fue una de las entidades oficiales implicadas en la aceptación de la ley.
Los integrantes de CEDA denunciaron que la venta de animales constituye una forma de maltrato en sí y propicia la aparición de más abusos contra los animales.
Los animalistas aseguraron que los ejemplares que venderán en esos comercios serán producto de explotación por pasar toda su vida en cautiverio y ser fruto de un proceso de “fabricación” de animales, pues son obligados a reproducirse para poder vender las crías.
No obstante, el listado de precios de la tienda estatal se hecho público y parece un negocio lucrativo, dado que un cachorro de rottweiler puede llegar a los 6.300 CUP (lo que equivale a la suma de 3 salarios mínimos) y un perro labrador de más de 3 meses puede estar rondando los 5.700 CUP.
La activista Valia Rodríguez denunció recientemente que el Ministerio de Agricultura redactó la Ley de Bienestar Animal teniendo en cuenta la opinión de quienes lucran con los animales y obviando los criterios de los que defienden su protección.
En su texto, resaltó que no invitaron a nadie que defendiera el punto de vista opuesto a aquellos que “ven a los animales como cosas para ser usadas y sacarles provecho”.
Animalistas cubanos, dando motivos para estar en contra de estos comercios que existen en otros países, alegaron que Cuba no tiene verdaderos mecanismos de control que aseguren condiciones sanitarias para la cría y reproducción a los animales en venta, además de que el país verdaderamente necesita promover la adopción de animales callejeros, al no existir refugios para recoger los abandonados.
Sergio Boris, activista cubano a favor de la Ley de Bienestar Aninmal, explicó que las leyes en otros países incluyen regulaciones para prevenir la sobreexplotación de los animales en estas tiendas, por lo que la posición de los animalistas en tales naciones no es tan agresiva. Agregó que actualmente ni se conoce la Ley de Bienestar Animal, por lo que abrir tiendas sin la especificación de normativas claras da pie para muchas irregularidades e injusticias. La ley debe, además, exhortar a la adopción como la alternativa por excelencia para tener mascotas, atendiendo a un gran problema en el país al no existir refugios, y que se promueva, en cambio, la adquisición de “animales de dudosa procedencia, está mal”.