¿Sabías que Cuba cuenta con su propia limusina y son de la marca rusa Lada?

Redacción

¿Sabías que Cuba cuenta con su propia limusina y son de la marca rusa Lada?

La Habana es para muchos una ciudad encantada en la que numerosos detalles se funden en un sincretismo apasionante: creatividad, sensualidad, historia y religión. Sus calles están repletas de peculiaridades y, si nos fijamos bien, es muy posible que lleguemos a sorprendernos con todo lo que tiene para ofrecernos.

En el caso del tránsito el panorama no es diferente y, en este sector, es posible encontrar a nuestras protagonistas de hoy: las limusinas criollas en la ciudad.

Es difícil hoy en día ver alguna, pero no imposible. Como suele suceder en otras partes del mundo, estas limusinas no son muy comunes, pero si únicas.

¿Sabías que Cuba cuenta con su propia limusina y son de la marca rusa Lada?
Limusina Lada

No estamos hablando de las tradicionales Roll Royce, Cadillac o Lincon, sino de las criollas, las que se crearon durante los difíciles momentos vividos a finales de los años 90, cuando se rompieron los moldes que sostenían la economía cubana y el transporte llegó a funcionar casi de milagro.

Fue en aquel entonces cuando los llamados “camellos” se convirtieron en todo un símbolo del transporte público, ya que, para continuar brindando servicios, y ante la carencia tanto de combustible como de piezas, se hizo necesario un cambio radical a la hora de trasladar a las personas de una forma que se pudieran mover a más pasajeros en menos viajes.

La flota de taxis estaba conformada en su mayoría por autos Lada 2101, por lo que se hacía imperioso mantener la capacidad operativa sin apenas combustibles ni piezas, la solución fue tan radical, como sencilla: de dos, hacemos uno.

Limusina Lada

La experiencia acumulada durante años por choferes y técnicos hizo posible la idea de unir dos carros en uno, utilizando el mismo esquema mecánico y dando una mayor fortaleza al chasis.

A cada base de taxis se le dio autonomía para que hicieran las modificaciones pertinentes, por lo que, al hacer diferentes variantes, era muy difícil que hubiese dos limusinas con las mismas características. ¡Incluso se llevó a cabo una emulación para ver quien lograba mejores resultados!

Así, se terminaron treinta vehículos, con tres filas de asientos, capacidad para ocho pasajeros y que prestaron servicio durante años. Actualmente, a más de 20 años de aquel proyecto, aún quedan algunas de estas limusinas circulando por las calles habaneras.