Los “gallitos” y las “comadritas”, los muebles preferidos de nuestras abuelas y abuelos en Cuba para descansar

Laritza Sánchez

Los "gallitos" y las "comadritas", los muebles preferidos de nuestras abuelas y abuelos en Cuba para descansar

Variados son los muebles que, en armonía con el ambiente, han sido utilizados por los que residen en Cuba y han pasado a formar parte de su cotidianeidad, pero pocos se han perpetuado como los populares y conocidos “gallitos de descanso” y las “comadritas”.

Los gallitos de descanso

Los populares muebles, son cómodas sillas o balances de descanso, elaborados en su totalidad con piezas de madera aserrada en forma de tablas, que se colocan de manera vertical en el espaldar y atravesadas en el fondo, lo que les proporciona una frescura especial que hace pasar un rato delicioso.

Tradicionalmente, el material más utilizado para fabricar muebles es la madera. El diseño del mobiliario siempre ha reflejado el estilo propio de cada época, desde la antigüedad hasta nuestros días. Aunque la mayoría de los periodos se identificaban con uno solo, en el diseño actual están presentes una amplia gama de ellos, desde los más antiguos hasta los más modernos.

Es bastante fácil encontrarlos en los espaciosos postales y corredores de las viviendas de vacacionistas acostumbrados a disfrutar las brisas del mar.

Las exigencias básicas del diseño de muebles son complejas. La apariencia siempre ha sido tan importante como la funcionalidad y la tendencia general ha sido diseñar el mobiliario como complemento de los diferentes entornos arquitectónicos. Algunas formas han sido concebidas a partir de la arquitectura, como el caso que nos ocupa, propio del paisaje de playas.

No se ha podido comprobar con exactitud a que deben su nombre estos recurrentes útiles, todo parece indicar que pueden estar vinculados a la disposición de las tablas de su respaldo, comparables con de la cola de los gallos cuando estos en son de pelea, empinan las plumas, mostrando su singular belleza.

Las comodísimas comadritas

Las comadritas son muebles que no tienen brazos y permite que las personas se mesan en ellas debido a sus balancines. Su elaboración a base de madera preciosa y pajilla en fondo y espalda le atribuyen fortaleza y frescor al mismo tiempo.

Generalmente se tenían en la habitación para permitirle a las damiselas de antaño, ataviadas de tanto ropaje, vestirse con mayor comodidad, en tanto eran empleadas en ese espacio para las largas lecturas de disímiles panfletos, entre los que no faltaban las novelitas de algún que otro autor de renombre.

Pero las comadritas aquí eran más que eso. Gustaban de colocarlas en los espaciosos portales después del mediodía para divisar el movimiento citadino, mientras las damas tejían alguna que otra aplicación. Estos muebles al no tener brazos permitían el cómodo desplazamiento de los codos en el bordado y tejido.

Las comadritas suelen ser de diferentes tamaños y diseños, más altas para recostarse o cortas para trasladarlas de un lugar a otro con ligereza.

Ha pasado el tiempo y ahí, como negadas al olvido, se conservan bellísimas comadritas de diferentes épocas en varios hogares cubanos, algunas dedicadas expresamente a las abuelitas que se han acostumbrado a ellas y otras al uso colectivo que es disputado por la mayoría de las féminas, quienes saben de sus comodidades y hacen de su uso un tiempo placentero en cada jornada de existencia en las ciudades cubanas.