Nuevo Vedado, el barrio preconstruido para las clase obrera cubana del ayer que hoy es de los preferidos de la “nueva burguesía”

Laritza Sánchez

Nuevo Vedado, el barrio preconstruido para las clase obrera cubana del ayer que hoy es de los preferidos de la "nueva burguesía"

El lugar más cómodo para vivir en toda la capital, según cuentan los que residen allí. Al acercarse algunos vecinos de la zona que se dedican a la renta de sus inmuebles, y para los que muchos esta actividad es su única entrada de dinero, estos sujetos relatan cómo han elevado los precios de los alquileres, debido a que el barrio, diseñado en su momento para la ya decadente clase obrera, cada vez se vuelve más cotizado por la emergente clase media alta.

A primera vista, Nuevo Vedado parece un poco sombrío. Custodiados por los Ministerios de la Agricultura y del Transporte, así como variadas entidades militares, altos edificios grises oscuros se erigen en un reducido espacio, circundado por algunas de las más importantes arterias de La Habana.

Una mezcla de urbano con rural. A lo largo de la altamente transitada calle Tulipán, desde la avenida de Boyeros hasta la conocida Avenida 26, confluyen no pocas edificaciones de hormigón prefabricado con pequeños agromercados, invernaderos, organopónicos, lugares donde se trabaja la tierra y sus frutos son vendidos al pueblo.

El barrio parece una especie de pueblo modelo. Cada pocos metros se encuentran varios supermercados, tiendas recaudadoras de divisas (TRD) y hasta establecimientos de venta de productos orgánicos, un policlínico, un dentista, un hotel, bancos, cajeros, casas de cambio, gimnasios, un veterinario y múltiples cafeterías privadas.

Aunque existe una gran cantidad de personas que residen en casas de corte modernista y de grandes dimensiones, diseñadas para la la población burguesa original (aquella que se cansó del Vedado tradicional) lo que hace singular a Nuevo Vedado son los edificios prefabricados de 12,14 y 20 plantas.

Estos inmuebles con diseño antisísmico, los cuales tienen capacidad para más de 500 personas, se construyeron entre la década de los setenta y principios de los ochenta, época en la que se hacía era imperioso satisfacer una alta demanda de viviendas familiares.
Muchos de los apartamentos que componen estos edificios fueron otorgados a funcionarios de entidades estatales, en una etapa del pasado socialista cubano donde desempeñarse como obrero vanguardia era aún una moneda intangible.

Cada uno de los edificios, de estilo arquitectónico socialista europeo, tenía entidades que los patrocinaban, por ejemplo, el Ministerio del Trabajo, el de las Fuerzas Armadas y el del Interior, el Ministerio del Trabajo y la Seguridad Social o el de la Industria Básica, entre otros.

En tiempos pasados, cada bloque multifamiliar se encontraba habitado por obreros pertenecientes generalmente al mismo centro laboral. Sin embargo, luego de las reformas realizadas por el gobierno que flexibilizaron el trabajo por cuenta propia, cada vez son más los que optan por alquilar estos apartamentos a personas o cooperativas.

Algunos arrendadores cuentan sus experiencias y explican cómo los tipos de inquilinos varían, yendo desde parejas que deciden independizarse hasta empresas destinadas a brindar algún tipo de servicios. Igualmente cuentan como en los últimos tiempos las familias que originalmente vivían en los edificios han ido desapareciendo, desplazados por una gran masa, en su mayoría personas jóvenes, que deciden alquilarse o incluso comprar viviendas por la zona. Este hecho algunos lo achacan a las facilidades que ofrece la barriada, en tanto en ella se encuentra todo lo necesario para vivir, declarando, que no hace falta buscar en otros lugares.