¿Conoces la casa en cubana con más de 6000 refranes en su fachada?

Redacción

¿Conoces la casa en cubana con más de 6000 refranes en su fachada?

En las afueras de la ciudad de Sancti Spíritus vivía Tomás Álvarez de los Ríos. Su casa se hizo célebre: miles de refranes cubren las paredes… pura sabiduría popular.

“La casa de los refranes” es un místico lugar, que aunque no sea único en el mundo sí lo es en Cuba. Poquito a poco, recogiendo refranes por aquí y por allá y grabándolos en los ladrillos, Tomás Álvarez construyó su casa en las afueras de la ciudad de Sancti Spíritus, por la carretera Central, a 350 kilómetros de La Habana.

Este cubano empezó el empeño de construir su casa para dichos y frases en 1985 y coleccionó incrustados en las paredes cerca de 6 mil. Las tablillas de barro las encargó expresamente para copiar sobre ellas proverbios y sentencias populares que adornarían su vivienda.

El también periodista contaba que se decidió a hacer tamaña idea luego de leer la obra cumbre de Miguel de Cervantes. Si nos detenemos a leer “El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha”, nos topamos con aquel parlamento del caballero: “¿De dónde sacas tantos refranes, maldito? Yo para hacer uno sudo como si cavase y tú los tienes a granel. Me atormentas, Sancho”.

Los adornos de la casa son el resultado de la búsqueda incesante de su dueño que aclaró en muchas entrevistas que los refranes nacen del habla popular. Este antojo le traía la pregunta obligada en cada entrevista: ¿por qué dedicarse a esto? Como era de esperar la respuesta estaba en uno de los tantos refranes: “En este mundo de quimeras cada cual come la mierda a su manera”.

Las paredes, las columnas, atesoran miles de sentencias y dichos, así como el testimonio de las personalidades que visitaron su hogar. Tomás murió con más de noventa años en 2008, en la casa vive ahora su sobrina, que está decidida a proteger este gran legado. Hizo falta hacer algunas reparaciones, pero la mayor cantidad de los refranes se conservan. Son un gran compendio de la sabiduría popular… Uno lee estas paredes como si leyera un libro.