Antilla, de ser uno de los pueblos más prósperos de Cuba a pasar al olvido

Redacción

En más de una ocasión la suerte ha llamado a las puertas del poblado holguinero de Antilla. La primera de ellas fue cuando en sus inmediaciones apareció la Virgen de la Caridad (que luego terminó en El Cobre); la segunda cuando surgió el plan de convertirla en una especie de segunda Habana durante el apogeo azucarero del siglo XX; y la tercera con la propuesta del Ministerio del Turismo de habilitar cerca de 20.000 habitaciones en la Península del Ramón.

Su indiscutible privilegiada posición y su muelle de aguas profundas dio paso a que Antilla fuese prosperando junto a la expansión de la industria azucarera en la zona oriental del país, llegando a convertirse en el punto natural de salida de varios productos de la región como la madera, el café, el cacao y el azúcar.

Estampa de la vida cotidiana en el municipio de Antilla

Antilla era próspera debido al comercio y el pueblo se beneficiaba de ello. El pueblo se comunicaba por avión y por barco con los Estados Unidos. Además, estaba el ferrocarril, con un “tren bala” que hacía el trayecto Habana-Antilla en apenas 9 horas (unos 800 kilómetros), lo que todavía hoy seguirá siendo récord… sus calles se encontraban perfectamente asfaltadas, limpias y no había ningún problema con la electricidad.

Del puerto diariamente salían trenes para Santiago de Cuba y La Habana e incluso Antilla contaba con su propio aeropuerto, del cual en la actualidad tan solo queda el recuerdo y un pequeño logo en el granito del piso de lo que otrora fuera la oficina de venta de boletos.

Estampa de la vida cotidiana en el municipio de Antilla

Las grandes empresas buscaban siempre la forma de tener una representación en Antilla, por lo que el pueblo estaba provisto de bancos, hoteles, comercios, escala para barcos e hidroaviones (se dice que el más grande de aquellos tiempos, de nueve motores amarizó allí), filiales de prestigiosas academias de arte y todos los establecimientos que requiere una ciudad moderna, tanto que parecía ser la segunda Habana.

La crisis del Azúcar hizo su mella en el desarrollo de Antilla, pero lo que de verdad la remató fue el triunfo de la Revolución cubana de 1959. Antilla se había hecho grande con el intercambio comercial con Estados Unidos, pero al este quedar fuera del juego, la vida en el pueblo terminó por apagarse.

Estampa de la vida cotidiana en el municipio de Antilla

Hoy vive del sueño de convertirse en uno de los grandes polos turísticos de Cuba… Todavía sus vecinos esperan los grandes cambios prometidos, pero no hay señales de que la cosa avance…