Hotel Perla de Cuba, del lujo a la ruina en el corazón de La Habana

Redacción

Hotel Perla de Cuba, del lujo a la ruina en el corazón de La Habana

En la esquina de Dragones y Amistad en el municipio de Centro Habana se encuentra el antiguo hotel Perla de Cuba, hoy convertido en edificio de apartamentos.

Quienes observan su aspecto ruinoso desde el Parque de la Fraternidad se sorprenden al descubrir que el inmueble se encuentra habitado. Al menos parte de él.

El Perla de Cuba se construyó en 1923 en medio del boom turístico cubano. Un edificio de apenas 5 pisos y una planta baja, con 40 habitaciones para 80 pasajeros, a menos de un kilómetro de las puertas de O´Reilly y Obispo.

 

Funcionó como tal hasta después del triunfo de la Revolución Cubana de 1959 en que fue intervenido por el Gobierno que convirtió a los inquilinos en “propietarios”.

De su publicidad solo quedan postales dibujadas, de los años treinta, con 4 pisos. Nadie sabe cuándo surgió el quinto.

Como todos los pequeños hoteles habaneros, el Perla de Cuba, sin llegar a los lujos poseía mucho confort. En el momento de su expropiación el lobby contaba con servicios de teléfonos en cabinas individuales, sillones para que descansaran los clientes, elevador, espejos y butacas en todos los descansos de los pisos.

Todos los bienes de uso común los recogió el Estado y se los llevó. A los propietarios les inventariaron el mobiliario de los cuartos para írselos cobrando a plazos.

Varios de ellos, que todavía viven en el Perla 60 años después conservan los “papeles” que les entregaron los interventores como propiedad.

Hotel Perla de Cuba en 1928

La expropiación condenó al hotel. Los nuevos propietarios realizaron reformas, tumbaron paredes y tugurizaron el lugar.

En poco tiempo el elevador dejó de funcionar y las áreas comunes, desprovistas ya de todo ornamento, se llenaron de grafitis y basura.

Elda, quien fue encargada del Perla de Cuba y que aún reside en él recuerda que era un edificio “precioso” en el que vivieron muchas personas distinguidas.

Dice que cuando a la dueña le expropiaron el hotel y se fue del país, la Reforma Urbana dejó de pagarle su salario y entonces todo quedó al libre albedrío.

En la actualidad el Perla de Cuba es una ruina penosa. Sus dos últimos pisos y la parte posterior del edificio se encuentran inhabitables desde hace muchos años y sobre ellos ha crecido la vegetación.

Hoy es una ruina total

Desde hace mucho que, para dejar la planta baja y subir en el Perla, hay que tomar las escaleras, justo al lado del ascensor. Están sucias, oscuras. No hay brillo en sus escalones de mármol. Las paredes estás despintadas por encima de los azulejos policromáticos, incrustados en la parte inferior hasta un metro de altura, quizá más. Hay rojo, verde, azul, amarillo en dibujos abstractos, figurativos.

Los balcones y pretiles han sido clausurados o removidos.

A los habitantes de los dos últimos pisos los sacaron y les entregaron viviendas en varios lugares de La Habana.
Del primero al tercero quedaron varados en el Perla de Cuba y cada vez que se produce una situación meteorológica adversa es necesario evacuarlos, porque nadie sabe a ciencia cierta cuándo se va a venir abajo el antiguo hotel.