La increíble historia del tiburón ballena de 9500 libras capturado en Cuba

Redacción

En abril de 1982, un suceso poco común hizo impacto en los apacibles predios del Puerto de Manatí, en la oriental provincia de Las Tunas: la captura en la zona de Palancón de un enorme tiburón ballena cuyo peso ascendió a… ¡nueve mil 590 libras!, tal vez el mayor de su tipo de los capturados en Cuba en cualquier época. El ejemplar resultó de tales dimensiones que se hizo necesario recurrir a una grúa para izarlo. Tenían razones para el asombro los portuarios, acostumbrados a pescar con sus avíos “bichos” de menor rango. El tiburón ballena es el mayor pez de los mares, una colosal criatura que llega a alcanzar 20 toneladas de peso y 18 metros de longitud. Su cola puede medir de lado a lado más de dos metros y su descomunal boca tiene capacidad para tragarse de una vez a una persona nadando de costado. Los pescadores lo conocen también por los nombres de damero y pez dama, y aseguran que su carne es exquisita. Por fortuna, a este gigante no le interesan los seres humanos, porque solo se alimenta de plancton y pequeños peces. Por cierto, no fue extravagante ni mucho menos la presencia en nuestras latitudes de tan enorme ejemplar, pues abunda en el océano Atlántico y se le puede encontrar en aguas costeras, tanto tropicales como templadas. Este del que les hablo fue capturado a 20 pies de profundidad a unos 400 metros de la orilla, luego de enredarse en una de las redes pesqueras. La captura de aquel gigante trascendió la geografía portuaria para extenderse por toda la nación. ¡Todos los medios informativos cubanos reportaron aquel inusual suceso! El damero —como también se le llama a ese colosal pez— fue remolcado 24 kilómetros de distancia desde una embarcación tipo Osla por los pescadores Franklin Roque, Celso Rodríguez y Germán Justo, luego de permanecer 48 horas en las redes. Se aferraba tanto a la vida que hubo que realizarle ocho disparos de bala para remitirlo al otro mundo. Las mediciones certificaron que medía 11 metros de largo, 15,3 pies de diámetro, 5,5 pies de ancho de cabeza y 51 pulgadas de ancho de boca. Se le extrajeron cuatro mil 795 libras de carne —suficientes para que el establecimiento pesquero le diera tremendo impulso a su plan de captura— y su piel fue aprovechada con fines industriales. Pero el acontecimiento no quedó solamente en la captura del pez y en la difusión de la noticia. A los pocos días un compositor fue visitado por las musas e hizo una guaracha relacionada con el tema que las emisoras de radio se encargaron de popularizar, interpretada por el grupo musical Los Caribeños. En fin, que aquel tiburón ballena fue y es célebre todavía; más de un cuarto de siglo después se le recuerda.

En abril de 1982, un suceso poco común hizo impacto en los apacibles predios del Puerto de Manatí, en la oriental provincia de Las Tunas: la captura en la zona de Palancón de un enorme tiburón ballena cuyo peso ascendió a… ¡nueve mil 590 libras!, tal vez el mayor de su tipo de los capturados en Cuba en cualquier época. El ejemplar resultó de tales dimensiones que se hizo necesario recurrir a una grúa para izarlo.

Tenían razones para el asombro los portuarios, acostumbrados a pescar con sus avíos “bichos” de menor rango. El tiburón ballena es el mayor pez de los mares, una colosal criatura que llega a alcanzar 20 toneladas de peso y 18 metros de longitud. Su cola puede medir de lado a lado más de dos metros y su descomunal boca tiene capacidad para tragarse de una vez a una persona nadando de costado. Los pescadores lo conocen también por los nombres de damero y pez dama, y aseguran que su carne es exquisita.

Por fortuna, a este gigante no le interesan los seres humanos, porque solo se alimenta de plancton y pequeños peces. Por cierto, no fue extravagante ni mucho menos la presencia en nuestras latitudes de tan enorme ejemplar, pues abunda en el océano Atlántico y se le puede encontrar en aguas costeras, tanto tropicales como templadas.

Este del que les hablo fue capturado a 20 pies de profundidad a unos 400 metros de la orilla, luego de enredarse en una de las redes pesqueras. La captura de aquel gigante trascendió la geografía portuaria para extenderse por toda la nación. ¡Todos los medios informativos cubanos reportaron aquel inusual suceso!

Imagen real del tiburón ballena capturado en Cuba

El damero —como también se le llama a ese colosal pez— fue remolcado 24 kilómetros de distancia desde una embarcación tipo Osla por los pescadores Franklin Roque, Celso Rodríguez y Germán Justo, luego de permanecer 48 horas en las redes. Se aferraba tanto a la vida que hubo que realizarle ocho disparos de bala para remitirlo al otro mundo.

Las mediciones certificaron que medía 11 metros de largo, 15,3 pies de diámetro, 5,5 pies de ancho de cabeza y 51 pulgadas de ancho de boca. Se le extrajeron cuatro mil 795 libras de carne —suficientes para que el establecimiento pesquero le diera tremendo impulso a su plan de captura— y su piel fue aprovechada con fines industriales.

Pero el acontecimiento no quedó solamente en la captura del pez y en la difusión de la noticia. A los pocos días un compositor fue visitado por las musas e hizo una guaracha relacionada con el tema que las emisoras de radio se encargaron de popularizar, interpretada por el grupo musical Los Caribeños. En fin, que aquel tiburón ballena fue y es célebre todavía; más de un cuarto de siglo después se le recuerda.