La familia cubana del multimillonario Jeff Bezos dice que quiere conocerlo, pero no les interesa su fortuna

Redacción

La familia cubana del multimillonario Jeff Bezos dice que quiere conocerlo, pero no les interesa su fortuna

Rolando Bezos Secades tiene 83 años y añora conocer pronto al ilustre estadounidense que adoptó el apellido de su familia y que es el dueño del gigante cibernético Amazon y del prestigioso periódico The Washington Post.

Bezos Secades vive en La Habana y conoció que Jeff Bezos, uno de los cinco hombres más ricos del planeta, había sido adoptado por un primo suyo de nombre Miguel, que vivió en el oriente de Cuba y se marchó del país cuando era un niño.

Miguel adoptó a Jeff tras casarse con Jacklyn Gise, pues su padre biológico nunca se preocupó por su crianza, por lo que le dio su apellido.

Mike, como se conoce a Miguel en suelo estadounidense, llegó niño a Estados Unidos como parte de lo que se conoció como la operación Peter Pan, operativo mediante el cual se sacaron de Cuba a cientos de niños tras el triunfo de la Revolución en 1959, bajo la presunción de que iban a ser destetados de sus familias.

Con el tiempo, aquel niño emigrado de Cuba creció y se convirtió en un exitoso ingeniero y filántropo que tuvo tres hijos y once nietos, todos criados en Estados Unidos. Miguel nunca ha negado sus raíces cubanas, por el contrario, las tiene presente y las recuerda con cariño, pero el contacto con familiares en tierras cubanas se presume inexistente.

Es por eso que, como buen cubano, Rolando quisiera volver a unir a los pocos Bezos que quedan vivos, pues con la familia de Jeff y Miguel sobrevivirá lo que queda de ese curioso apellido proveniente de España, ya que él sólo tuvo mujeres en su prole, las cuales no han optado por continuar con el linaje.

“El origen del apellido es de España, de donde vinieron a Cuba mis antepasados, entre ellos mi bisabuelo Bernardo Bezos Riego, que vino como soldado y peleó aquí en la guerra y después se quedó viviendo en Guaimaro. Y murió de tuberculosis en Topes de Collantes, en la antigua provincia de Las Villas”, explicó Rolando al diario El Nuevo Día, que le realizó una entrevista.

“A él lo reconoció el Rey de España por su actitud en guerra y ahí está ese documento”, agrega, mientras muestra una copia del pergamino real que sostiene confirma el vínculo entre él y la familia de Jeff Bezos.

¿Cuál relación tienen ustedes con el padre de Jeff Bezos?

“Mi padre sí la tenía, pero yo ninguna. Yo ni lo conocía. Mi padre sí la tenía, pero muy poca, porque ellos se hicieron de dinero y mi padre tuvo que empezar a trabajar en un central azucarero que se llama Amancio, era el central San Francisco. Mi padre comenzó a trabajar a los 11 años como mensajero del Central para ayudar a mantener a la familia, que era de ocho hijos. La mía era una familia digna y respetada en el Central. Fíjese que en la casa donde vivía mi padre en el Central, que era de mi abuela, por ser de una familia de tanto respeto, la cogieron para hacer ahí una biblioteca. No se le dio a nadie. Mi padre, de mensajero, llegó a ser administrador del Central. Y todos sus hermanos trabajaron en el Central. Él era muy responsable y fueron todos autodidactas. Tenían su mérito y hablar de los Bezos allí era hablar de una familia respetada”.

¿Cuántos Bezos quedan en Cuba, que usted sepa?

“Este que está aquí. Lenia Bezos, que es la prima hermana mía, que es doctora, también está viva. Ella ha tenido cierta relación con Miguel. El padre de ella era primo-hermano del padre de Jeff, de Miguel Bezos. Ella está mal físicamente, su salud no es buena. Mantengo relaciones con ella, vive cerca de aquí”.

¿Por qué es importante para usted tener algún tipo de relación con Miguel y con Jeff, como familia?

“Nunca la tuve. Le escribí, un primo-hermano mío le escribió, le mandó una foto de esta casa a Jeff para que la viera, para que viera que quien le estaba escribiendo no era ningún ‘arrastrado’, ni quería que le dieran un medio. Ese fue el objetivo de mandarle la foto de la casa. No le estábamos pidiendo limosna. Era para que viera que tenía una familia aquí, una familia educada. Que no estábamos ni escribiéndole ni mandándole fotos para pedirle limosnas. No, ése no era el objetivo. Nunca le pediremos un medio”.

¿A usted le gustaría que ellos los visiten aquí?

“Como que no. Sí me gustaría, que vinieran a conocer a la familia, conocer a un hombre que ha tenido éxito, que tiene un mérito extraordinario… qué mira a dónde ha llegado por sí solo. Tiene un mérito extraordinario, de verdad que sí”.

Si pudiera enviarle un mensaje que pudiera escuchar, ¿qué le diría?

“Que me gustaría conocerlos, no para pedirles nada. Es bueno conocer a la familia. Yo por mis hijas doy la vida. Yo tengo una hija en este momento que está muy enferma, pero está viva, tengo que decirlo así, gracias a Dios”.

¿Le gustaría conocer también a la parte de la familia que todavía vive en España?

“También me gustaría. En definitiva, la familia es la familia, y esa unión que tenemos ha sido inculcada por mi abuela, que sola crío ocho hijos, cuando murió su esposo. Y formó una familia respetada, ningún delincuente”.

Ahora espera conocer el lado de la familia que falta, que vengan a Cuba y conozcan la otra cara de la moneda, eso si a los Bezos de Estados Unidos les interesara cruzar el estrecho de la Florida y tender un puente con los del otro lado del charco.