El pan de la libreta en Cuba se ha convertido en un objeto irreconocible: “El pan ese que nos dan ni la perrita que tengo se lo quiere comer”

Redacción

La crisis del pan en Cuba es una situación que se ha vuelto constante en los últimos años. A través de las redes sociales, los ciudadanos han expresado su descontento con la calidad del pan que reciben. “Miren para el pan que nos mandan a mi pueblo. Y no es cosa de un solo día. ¿Qué hay que hacer para resolver este problema, o cuántas veces hay que escribir? Porque la verdad ya esto se pasa de los límites”, dijo Rocío Martínez desde Pinar del Río.

Las quejas son variadas y preocupantes, como lo expresa una ciudadana: “El pan ese que nos dan ni la perrita que tengo se lo quiere comer. Está de asco y a veces no tiene ni el gramaje y cobrando $1.00 por la asquerosidad esa. No sé cómo no les da vergüenza vender eso que uno tiene niños en las escuelas. Yo misma tengo que estar comprándolo por fuera al particular para que mi nieto pueda ir con una merienda aceptable a la escuela”.

El pan que reciben los ciudadanos es seco, duro, insípido y con un color raro, lo que hace que sea difícil de comer. Además, su gramaje no se corresponde con el precio que se paga por él. Los ciudadanos se sienten despreciados y abusados, pues a pesar de sus quejas, la situación continúa sin solución.

Los ciudadanos señalan que esto es una conducta despectiva hacia el pueblo, como lo expresa una cubana: “Como yo lo veo, esto es una conducta despectiva hacia el pueblo. No les importamos”. Y es que el problema no solo es la calidad del pan, sino también la falta de respeto hacia los ciudadanos que lo consumen.

Las quejas son generales y preocupantes, y las posibles soluciones aún no se vislumbran en el horizonte. Las visitas sorpresivas y la supervisión de las autoridades competentes podrían ser una solución a corto plazo, pero es necesario abordar el problema de raíz para encontrar una solución a largo plazo.

En resumen, la situación del pan en Cuba es preocupante y ha llevado a los ciudadanos a alzar su voz. La falta de respeto y el abuso son cada vez más evidentes, y aunque los ciudadanos han levantado su voz para quejarse, el problema continúa. Es necesario que las autoridades competentes tomen medidas para solucionar este problema que afecta a los ciudadanos en su vida cotidiana.