Recordando a Maggie Carlés, toda una gloria del universo músical cubano

Redacción

El camino hacia el éxito de la talentosa cantante cubana Maggie Carlés estuvo marcado por una serie de razones, propósitos y casualidades que pocos conocen pero que resultaron fundamentales en su carrera. En sus inicios, Maggie se destacaba como una prometedora artista que más tarde se convertiría en una estrella deslumbrante y una gloria del universo musical cubano.

En 1967, uno de los acontecimientos que marcaría un punto de inflexión en la trayectoria de Maggie fue la partida definitiva de la reconocida cantante juvenil Luisa María Güell, quien decide exiliarse en España. Este suceso significó no solo la desaparición de Luisa María de los medios publicitarios, sino también la censura y la anulación de su discografía, como si hubiera sido borrada por completo. A pesar de ser considerada en ese momento como un ídolo nacional, la estrategia social errónea del gobierno cubano se aplicaba a todos los artistas que decidían tomar ese camino.

Ante el vacío dejado por la partida de Luisa María Güell, las autoridades culturales emprendieron la búsqueda de una cantante que pudiera llenar ese enorme hueco. Fue entonces cuando el destacado músico Armandito Sequiera, quien había trabajado estrechamente con Luisa María en su conjunto orquestal llamado “El Combo de Sequeira”, recomendó a Maggie Carlés como una posible sustituta. Aunque Maggie no era una cantante profesional y aún se encontraba en una etapa temprana de su desarrollo escénico, poseía una hermosa voz y un rostro encantador, características que fueron reconocidas por Sequiera. A pesar de que Maggie apenas contaba con 16 años y aún era estudiante de Secundaria Básica, las autoridades artísticas cubanas decidieron creer en su potencial, aunque no sin antes presentarle los obstáculos habituales y absurdos.

Finalmente, el 19 de septiembre de 1967, Maggie debutó en la pequeña pantalla en el programa de Televisión Cubana llamado “Música y Estrellas”. Este programa, conducido por Eva Rodríguez y dirigido por Manolo Rifat, se llevaba a cabo en el estudio 19 del edificio Focsa, ubicado en el Vedado. Antes de su debut, surgió la propuesta de cambiarle el nombre a Maggie, argumentando que era demasiado extranjerizante. Sin embargo, Maggie, mostrando el carácter que la caracterizaba desde sus inicios, decidió no ceder ante esta solicitud. Así, se presentó en el mencionado programa interpretando el tema “Un final inesperado”, escrito por el propio Armandito Sequiera. “Música y Estrellas” era uno de los programas más destacados y populares de la época, junto con el programa de Rosita Fornés.

A partir de ese momento, Maggie inició un recorrido por diversas etapas en su carrera, todas ellas llenas de éxito. Destacó especialmente su etapa como parte del dúo Maggie y Luis, en compañía de su esposo Luis Nodal. Sin embargo, en algún momento, Luis dejó de cantar y se convirtió en el representante de Maggie, desempeñando un papel fundamental en muchos de sus triunfos. Luego, Maggie decidió radicarse en los Estados Unidos, donde alcanzó la cúspide de su carrera y brilló en el escenario como una de las mejores cantantes de su generación. A lo largo de su trayectoria, Maggie siempre se sintió bendecida por Dios y los ángeles, quienes la acompañaron en cada paso de su exitoso camino.