Teatro Trianón, un siglo de historias entre sus paredes en medio del Vedado habanero

Redacción

En la famosa Calle Línea, en El Vedado, se inauguró en 1920 un teatro que más tarde también se convirtió en cine, conocido hoy como el emblemático “Trianón”. El diseño original de este edificio fue obra del destacado arquitecto cubano Joaquín Emilio Weiss y Sánchez, reconocido por su prominencia en el campo de la arquitectura en Cuba. Weiss, quien fue Presidente del Colegio de Arquitectos, miembro de la Academia de Artes y Letras, y de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología de Cuba, nació en 1894 y falleció en 1968 en La Habana.

La fachada del edificio ha conservado su diseño original, que refleja el lenguaje arquitectónico característico de los teatros de esa época. En el Anuario Cinematográfico de 1958 se registraron alrededor de ciento treinta salas de cine, y el “Trianón” se encontraba entre ellas, con sus mil cien butacas. Durante décadas, especialmente en los años 40, 50 y 60, fue uno de los principales lugares de estreno en la capital cubana.

En los últimos 30 años, a excepción de las representaciones del Ballet Nacional de Cuba, ninguna actividad teatral en La Habana ha alcanzado tanta aceptación y éxito como las producciones presentadas por el grupo teatral “El público”, dirigido por el famoso y mediático teatrista Carlos Díaz. Díaz, un profesional extraordinario, ha presentado una amplia variedad de obras teatrales, innovando, desafiando, logrando y, en ocasiones, escandalizando.

Es justo y meritorio afirmar que la compañía “El público” ha dejado una huella significativa en el corazón y la historia de la Isla a través de su compromiso con el teatro. Cada una de sus representaciones ha habitado en los escenarios, donde la ironía, la belleza, la inconformidad y la rebeldía, junto con la exploración de lo prohibido, lo queer y lo trans, han trascendido los límites establecidos para convertirse en espacios de rebelión. Esta compañía ha establecido alianzas en las que se construyen discursos desde la verdad, lo híbrido y, sobre todo, la lucha contra la injusticia.

“El público” ha desafiado las convenciones teatrales, utilizando su arte como una herramienta para dar voz a aquellos marginados y oprimidos. Sus obras trascienden los límites y exploran temáticas profundas y controvertidas. Desde su fundación, el grupo ha desempeñado un papel importante en el panorama teatral de La Habana, ganando el reconocimiento y la admiración tanto del público como de la crítica.