En Cuba, hasta el baile del vals tiene su “toque” revolucionario. Las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos (EMCC), esas donde se forma la juventud bajo régimen estricto, han encontrado una forma muy particular de celebrar los 15 años de sus estudiantes: vestidos de gala, música, coreografías… y por supuesto, un fuerte aroma a discurso político.
Según el propio Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), estas celebraciones colectivas buscan “mezclar sensibilidad cultural con valores patrióticos”. Pero la realidad es que la fiesta tradicional de la quinceañera en Cuba se ha convertido en una especie de vitrina ideológica, donde se baila el vals con la patria al hombro.
Detrás del tul, el maquillaje y las luces, se esconde una estructura que no desaprovecha ninguna ocasión para reforzar el adoctrinamiento. Las muchachas desfilan, brindan y recorren la ciudad no solo como adolescentes en su gran día, sino como soldadas en formación, cumpliendo con un libreto cuidadosamente preparado para reforzar “los vínculos con la historia revolucionaria”.
El evento, que en teoría pretende demostrar que la juventud militar “también celebra con alegría y compromiso”, no escapa al guión oficialista que atraviesa todo el sistema educativo cubano. Porque en Cuba, hasta una fiesta puede ser terreno para repetir consignas y moldear mentalidades.
La EMCC de Santiago de Cuba fue escenario reciente de uno de estos “15 colectivos”, donde, según medios oficiales, se reafirmó el “orgullo” de las Fuerzas Armadas por sus jóvenes estudiantes. Pero entre brindis y coreografías, lo que se celebra de verdad es la obediencia, el apego a la disciplina y la lealtad incuestionable a la narrativa del sistema.
Y no fue un caso aislado. En diciembre de 2024, otra ceremonia similar se organizó en un centro militar de Santiago, y luego se replicó en otras escuelas como la de Bayamo. Todas con el mismo guion: una fiesta que no es solo fiesta, sino herramienta de consolidación ideológica. Porque en el fondo, lo que menos importa es que las muchachas se sientan libres o únicas. Lo importante es que marchen derechas, sonrían para la foto y no cuestionen el libreto.
El MINFAR lo dejó claro en su comunicado: “La conmemoración de los 15 años de las jóvenes estudiantes va de la mano con la formación político-ideológica propia de estas instituciones”. No lo esconden, ni lo disimulan.
Así que si te preguntas cómo se viven los 15 en una escuela militar cubana, la respuesta es sencilla: con flores, vals… y doctrina incluida. Porque en Cuba, ni el pastel se salva del discurso.
