El expresidente Donald Trump volvió a sacudir el panorama migratorio con una orden ejecutiva que pone en la mira a cubanos y venezolanos. A partir del 9 de junio, entran en vigor nuevas restricciones que limitarán significativamente el acceso a visas de no inmigrante, como las de turismo, negocios, estudio y programas de intercambio.
Según el documento oficial, la decisión se basa en “preocupaciones de seguridad nacional” y en la falta de cooperación de ambos gobiernos en materia de deportaciones y temas consulares. En el caso de Cuba, se invoca su estatus como “Estado patrocinador del terrorismo” y las altas tasas de personas que se quedan en EE. UU. tras vencer sus visas como razones clave para aplicar la medida.
Cubanos en la mira: se suspenden visas populares
Para los cubanos, esto significa un freno en seco a las visas B-1, B-2, B-1/B-2, F, M y J, categorías muy utilizadas por quienes desean viajar por razones personales, académicas o culturales. Aunque la orden no elimina por completo todos los tipos de visado, sí obliga a los funcionarios consulares a reducir la duración y frecuencia de otros permisos, ajustándose al nuevo marco legal.
“La cooperación entre Cuba y Estados Unidos en temas de seguridad es prácticamente nula”, señala el texto firmado por Trump, justificando así la necesidad de imponer estos límites.
¿Quiénes se salvan del recorte?
A pesar del golpe migratorio, hay algunas excepciones. La Casa Blanca aclaró que los residentes permanentes (green card holders) están fuera de esta jugada, al igual que quienes tengan una visa válida emitida antes del 9 de junio, aunque cada caso podrá ser evaluado individualmente.
También quedan exentos quienes soliciten visas familiares directas (padres, cónyuges e hijos menores de ciudadanos estadounidenses) y aquellas personas cuya entrada represente un interés político o estratégico para EE. UU.
Sin embargo, sobre casos humanitarios, la cosa no está tan clara. Natalia Molano, portavoz del Departamento de Estado en el sur de la Florida, explicó a Martí Noticias que la orden no menciona explícitamente visas por razones humanitarias, aunque podría haber espacio para excepciones “caso por caso”.
Una escapatoria con pasaporte ajeno
Una posible vuelta de tuerca para quienes tienen doble nacionalidad: si un cubano también posee pasaporte de un tercer país no afectado por la medida, podría ingresar a Estados Unidos utilizando ese documento, siempre que tenga la visa correspondiente.
¿Y si ya soy residente? ¿Puedo entrar tranquilo?
Para los cubanos que residen legalmente en Estados Unidos y tienen su green card, no debería haber sobresaltos al regresar. Aunque, como bien recuerda Molano, “la entrada a EE.UU. nunca está garantizada al 100 %, depende del criterio del oficial de migración”. Es decir, puede que no te hagan la vida fácil, pero no deberían negarte el paso.
Un veto con historia… y con motivos políticos
La orden fue firmada días después de un ataque antisemita en Boulder, Colorado, lo cual —según fuentes del gobierno— aceleró su aprobación bajo la excusa de reforzar la seguridad nacional. Sin embargo, esta movida no es nueva. Se parece bastante a los “vetos migratorios” del primer mandato de Trump, que generaron un avispero de críticas y demandas legales en su momento.
Desde La Habana no tardaron en responder. El canciller Bruno Rodríguez calificó la medida como “racista y perjudicial”, y acusó a Washington de estar bajo la presión de grupos anticubanos que buscan dividir a las familias y endurecer aún más el bloqueo migratorio.
Todo puede cambiar… o empeorar
La proclamación advierte que esta política migratoria estará en constante revisión, lo que significa que podrían venir nuevas restricciones, o —si las condiciones cambian— eventuales flexibilizaciones. Pero con la tensión actual entre los gobiernos y un clima electoral que ya calienta motores, todo apunta a que el panorama se pondrá aún más complicado para los que soñaban con una visa americana.
Musk se mete en la pelea: ¿nuevo partido político a la vista?
Mientras tanto, al otro lado del escenario político, Elon Musk vuelve a agitar las aguas. Este jueves, el magnate sorprendió en su red social X con una encuesta explosiva: “¿Es hora de crear un nuevo partido político en EE.UU. que represente al 80 % moderado?”, preguntó a sus millones de seguidores.
En menos de lo que canta un gallo, la consulta superó los 16 millones de vistas, y el 82.1 % votó a favor de la idea. La propuesta llega en medio de una disputa cada vez más tensa con Donald Trump, con quien Musk venía coqueteando políticamente, pero ahora lo acusa de “mentir” y de impulsar políticas “inhumanas”.
En particular, la Ley de Reforma Migratoria de Trump fue blanco de críticas fuertes por parte del empresario, quien aseguró que “el fin no justifica los medios” y que se necesita una política migratoria más humana y efectiva.
Aunque todavía no hay detalles concretos sobre ese “nuevo partido”, está claro que Musk no piensa quedarse al margen del juego político. Y con un país cada vez más polarizado, su entrada podría sacudir aún más el tablero de cara a las elecciones.
