En un gesto cargado de simbolismo y protesta, estudiantes cubanos han sacado del baúl de la historia la imagen de Julio Antonio Mella, convirtiéndola en un grito de rebeldía contra las nuevas medidas impuestas por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA).
Este jueves, una foto empezó a rondar en redes como pólvora encendida: la escultura de Mella escoltada por dos jóvenes con retratos del icónico líder estudiantil. Justo en el busto, un cartelito de cartón con letras garabateadas que soltaba la pregunta directa: “¿Dónde está Mella?”. Esa frase, casi como un eco de indignación, ha sido vista como un dardo a la falta de respuesta institucional y al afán de silenciar las voces críticas.
La escena trae a la memoria una intervención artística que se quedó en el recuerdo: “¿Dónde está Mella?”, la performance que hizo en 2017 el artista disidente Luis Manuel Otero Alcántara en la Manzana de Gómez, en plena Habana Vieja. Aquella vez, Otero se plantó como estatua viviente con el rostro de Mella, en un guiño desafiante al discurso oficial que a menudo manipula los símbolos revolucionarios. Hoy, la referencia vuelve con fuerza, pero con un aire renovado: la bronca contra las limitaciones económicas y el ahogo que impone el gobierno.
La chispa de esta protesta se encendió justo cuando se anunció el paro universitario como respuesta al tarifazo de ETECSA, que ahora limita las recargas en pesos cubanos a 360 CUP al mes. ¿El resto del servicio? En dólares. Para muchos, esto es un descarado “apartheid digital” que deja fuera de juego a quienes no pueden costear el lujo de internet.
Tania Velázquez, presidenta de ETECSA, salió a justificar la medida diciendo que hay que traer divisas para pagar deudas y mejorar los servicios. Pero esa excusa no ha hecho más que avivar la rabia de la gente, que siente que la desigualdad está más viva que nunca.
El descontento estudiantil subió de tono cuando Ricardo Rodríguez González, presidente nacional de la FEU, apareció en la Mesa Redonda para elogiar los “espacios de intercambio” y criticar la “manipulación de los enemigos de la Revolución”. Muchos vieron esto como una puñalada trapera a los reclamos de los estudiantes, y no tardaron en lanzarse en redes para dejar claro su disgusto.
El llamado a la huelga salió de la FEU de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana. Ellos piden que se eche para atrás la medida y que se convoque a un encuentro donde se escuche la voz de todos los estudiantes.
Otras facultades, como Filosofía, Historia y Sociología, también se han sumado al rechazo. Denuncian que ETECSA ha sido opaca en su comunicación y que sus decisiones no representan el sentir de los estudiantes.
Aunque el gobierno cubano y la Universidad de La Habana insisten en que las clases siguen como si nada, la verdad es que esta protesta no se trata solo de internet. Es el reflejo de un malestar que va mucho más allá: el cansancio ante una economía en crisis y la falta de lo más básico, como la luz, el agua y el transporte.
Al final del día, la pregunta sigue flotando en el aire: ¿Dónde está Mella?. Pero más que un nombre, es un símbolo de las ansias de cambio que, tarde o temprano, se abren paso entre los muros del silencio.