Ya tienen nombre las dos vidas que se apagaron de forma violenta este sábado en el peaje de Varadero. Rubén Lantigua, de 33 años, natural de Corralillo y residente en Estados Unidos, y Amanda Naranjo Pino, de 30, oriunda de Perico y vecina del poblado de Cantel, fueron las víctimas mortales del brutal accidente que estremeció a la provincia de Matanzas.
Ambos jóvenes viajaban en un vehículo particular que, según testigos, circulaba a alta velocidad por la vía hacia Boca de Camarioca cuando, cerca de las 5:40 de la tarde, el conductor perdió el control y terminó impactando de frente contra el muro separador de mampostería ubicado junto a la garita de cobro.
El choque fue tan violento que el auto se elevó, se partió en dos al caer, y una de las mitades se incendió, provocando una explosión que se escuchó desde varios puntos cercanos.
Rumores desmontados: Rubén no estaba ebrio
A pesar de los comentarios malintencionados que comenzaron a circular en redes sociales, fuentes cercanas a las víctimas confirmaron que Rubén no había consumido alcohol. Era conocido por su estilo de vida responsable, y amigos y familiares desmintieron rotundamente que estuviera bajo los efectos del alcohol al momento del siniestro.
Amanda, una madre joven
Amanda, por su parte, deja detrás a una niña pequeña. Su muerte ha conmocionado a quienes la conocieron, pues era una joven alegre, querida por su comunidad y con toda una vida por delante.
Impacto estructural y respuesta de las autoridades
El incendio, aunque aparatoso, no provocó daños significativos en la infraestructura del peaje, aunque una columna de la marquesina será inspeccionada por técnicos especializados. El director de la estación, Ángel Raúl Reyes Fernández, explicó que si se lograban recoger los escombros durante la mañana siguiente, el tráfico podría reanudarse por la zona.
Como en tantas tragedias en Cuba, la escena fue atendida por fuerzas del MININT y los bomberos, quienes trabajaron sin descanso en las labores de rescate y limpieza.
Una tragedia más en una Cuba marcada por el caos vial
Este accidente vuelve a poner sobre la mesa el estado crítico del sistema vial en la isla, donde las carreteras, la falta de señalización, y el deterioro del transporte se combinan con una falta general de seguridad vial y respuesta efectiva.
Rubén y Amanda ya no están, pero su historia deja un eco amargo. Otro recordatorio de que en un país donde todo parece estar al borde del colapso, también las carreteras cobran vidas sin previo aviso.