En el cuarto aniversario de las históricas protestas del 11 de julio de 2021, el senador y secretario de Estado estadounidense Marco Rubio lanzó un mensaje lleno de fuerza, esperanza y compromiso hacia el pueblo cubano, dejando bien claro que Estados Unidos no olvida ni abandona a quienes luchan por una Cuba libre.
A través de un video compartido por el periodista Mario J. Pentón, Rubio expresó su respaldo absoluto a los cubanos que, dentro de la isla o desde el exilio, siguen enfrentándose a un régimen que los ha mantenido oprimidos por más de seis décadas. Con palabras claras y sin rodeos, dijo: “Quiero expresarles fuertemente nuestro apoyo”, reafirmando que Washington sigue de cerca lo que ocurre en la isla y no bajará la guardia ante la represión del castrismo.
El 11J como parteaguas en la historia cubana
Rubio no pasó por alto el significado profundo de ese 11 de julio que estremeció al país entero. Lo describió como un “punto de inflexión”, un momento en el que el pueblo, harto de miseria y mentiras, se tiró a las calles para gritar lo que durante años fue silenciado: ¡libertad!
Agradeció al embajador Mike Hammer, jefe de misión en La Habana, por conmemorar esa fecha con una reunión simbólica junto a activistas y representantes de la sociedad civil, a pesar del asedio habitual de la Seguridad del Estado. En ese espacio, según dijo, se revivió el espíritu del 11J, ese grito colectivo que aún resuena y molesta al poder.
Valentía dentro de una isla cercada
El senador dedicó parte importante de su mensaje a los cubanos que siguen resistiendo desde dentro, a sabiendas del precio que eso conlleva. “Sé que no es fácil enfrentarse a este régimen dentro de esa isla esclava, donde hacen lo imposible por castigar a quienes disienten”, expresó con empatía y admiración.
También reconoció a quienes han tenido que tomar el camino del exilio forzado, pero subrayó el valor de los que se quedan plantando cara, aun a riesgo de ser perseguidos, encarcelados o silenciados. “Es un riesgo enorme, lo sabemos”, dijo con claridad, apuntando al carácter despiadado de un sistema que ya no gobierna: solo reprime.
Escasez, abandono y un régimen podrido
Rubio no se quedó en lo simbólico. También denunció, sin pelos en la lengua, las condiciones infrahumanas en las que vive la mayoría del pueblo cubano: “Sabemos que sufren escasez de todo: comida, medicina, electricidad… Y todo eso es culpa de un régimen incapaz, que no sabe administrar un país y solo le interesa mantenerse en el poder”.
Una frase que lo resume todo: “no saben gobernar, solo oprimir”. Porque eso es exactamente lo que ha hecho el castrismo durante décadas: hundir a Cuba en el atraso mientras sus líderes se aferran al poder con las uñas, reprimiendo a quien se atreva a soñar con un país distinto.
Cuba no está sola
En sus palabras finales, Rubio aseguró que la causa cubana se defiende en todos los frentes posibles, desde las embajadas hasta los organismos internacionales. Afirmó que tanto él como millones de cubanoamericanos rezan y trabajan cada día por una Cuba libre, soberana y democrática, donde el destino de la nación esté en manos de su pueblo, no de una cúpula corrupta.
“Rezamos para que Dios los bendiga a todos ustedes, y para que Cuba pronto sea libre”, cerró su mensaje con emoción.
El respaldo de otros líderes exilia’os
Su intervención se suma a otras acciones recientes del gobierno estadounidense. El propio Mike Hammer organizó una recepción en su residencia en La Habana junto a activistas, a pesar del hostigamiento del régimen. Allí también se proyectó un video previo de Rubio reafirmando la postura de “tolerancia cero con la represión”.
La congresista María Elvira Salazar tampoco se quedó callada y aplaudió el mensaje del senador. En redes sociales escribió: “Gracias, Secretario Rubio, por mantenerte firme junto al pueblo cubano… No descansaremos hasta ver a Cuba libre”. Palabras que retumban con fuerza en la víspera de un nuevo aniversario del día en que el pueblo cubano le perdió el miedo a la dictadura.
Porque, aunque el régimen siga en el poder, la chispa del 11J no se ha apagado. Sigue viva en cada cubano que sueña, resiste y no se rinde. Y ese sueño, más temprano que tarde, será realidad.