Lo que iba a ser un viaje de alegría se convirtió en pesadilla para una joven madre cubana que regresó a su pueblo natal, Güira de Melena, con su bebé. Desde su cuenta de TikTok, la usuaria @madyelypieiro4 contó la amarga experiencia de su pequeño, que acabó enfermo tras consumir agua embotellada que resultó ser agua “pirateada”.
“Mi bebé se me enfermó por primera vez… y fue en Cuba,” escribió la joven, visiblemente afectada, mientras mostraba a su hijo dormido en sus brazos durante el vuelo de regreso.
Vómitos, diarrea y el calvario de buscar agua limpia
Según contó, todo empezó con vómitos, diarrea y el rechazo del niño a cualquier comida o líquido. La situación se complicó tanto que tuvo que llevarlo a un médico.
Allí, como suele pasar en los maltrechos centros de salud cubanos, los doctores no supieron precisar qué tenía el niño.
“Nos dijeron que no sabían lo que era, pero que le iban a poner un gravinol para que no se deshidratara,” relató la madre.
Después de días de angustia, descubrieron que el origen del problema había sido el agua que compraron en una tienda estatal. El agua estaba sellada y todo, pero resultó ser agua re-envasada.
Desconfianza total… hasta del agua embotellada
“Ni en ese lugar se puede confiar,” soltó la joven, mencionando específicamente el local conocido como La Ruina, en Güira de Melena.
Cansada de tanto susto, la madre terminó caminando su pueblo entero buscando “agua real”. Su consejo es claro como el agua —la de verdad—:
“Moraleja de la historia: lleven su agua desde aquí si van a ir a Cuba, especialmente para tu bebé.”
Un mal que muchas madres conocen
Su video se volvió viral al instante, y cientos de madres cubanas saltaron a comentar que les había pasado lo mismo.
“A los míos los traje con diarrea, fiebre, vómito. Se pasaron cinco días sin querer comer nada ni agua. Me perdieron peso cantidad. Ahora mismo llevar niños a Cuba es complicado,” escribió una usuaria, reflejando el sentir de muchas.
Otra comentó que en el médico le habían explicado que se trataba de “la fiebre del viajero,” algo que le ocurre al 98% de los bebés por el cambio de ambiente, el calor, el agua… y por supuesto, la falta de condiciones.
Varias madres recomendaron hervir el agua, llevar filtros o incluso mandar cajas de agua purificada desde Estados Unidos. Porque confiar en el agua que venden en las tiendas estatales es jugarse la salud.
“Me pasó exactamente lo mismo. Gracias a Dios me di cuenta bien rápido, porque el más pequeño apenas tenía seis meses y solo tomaba fórmula,” comentó otra madre, mientras otra añadía: “Lo mejor es hervir el agua, yo pasé por eso con mi hija y más nunca compro agua en Cuba. La hiervo.”
Detrás del drama familiar, la crisis de un país
Este nuevo testimonio se suma al video viral de la misma usuaria, donde mostró el emotivo reencuentro con su madre, que conoció a su nieto por primera vez después de cuatro años separadas. Una escena llena de lágrimas y abrazos que dejó en evidencia el drama migratorio de miles de familias cubanas.
Pero más allá de la nostalgia, lo que queda claro es la precariedad en la isla. Porque estamos hablando de agua potable, algo básico que debería estar garantizado, pero que en Cuba se ha vuelto un lujo, gracias a la desidia y el desgobierno.
No es casualidad que, desde hace meses, circulen advertencias en redes sociales sobre los peligros de viajar a Cuba con niños pequeños. Una madre en EE. UU. contaba en diciembre que le aconsejaron llevar “de todo: medicamentos, comida, ventilador, pañales… en fin, todo menos al bebé.”
“Moraleja: no vayan a Cuba con niños pequeños,” sentenció una usuaria. Y otra, aún más drástica, remató: “Yo creo que debes llevar todo… menos a la bebé.”
Porque en un país donde ni el agua es segura, ni los hospitales tienen recursos, ni el Estado responde, lo que sobra es preocupación. Y lo que falta es todo lo demás.