Cuando el sueño americano toca a la puerta, se siente en el alma. Así lo vivió un joven cubano que acaba de recibir su residencia permanente en Estados Unidos y lo celebró con un video en TikTok que ya está dando que hablar. En plena era de migraciones, su historia de lucha y fe se volvió inspiración para muchos otros cubanos que sueñan con dejar atrás la isla.
“Mami, lo logramos. Para los que dudaron de mí. Gracias Orula, Changó mi padre”, escribió este muchacho en la descripción de su publicación, acompañando la imagen donde sostiene orgulloso el papel que confirma su estatus legal en EE.UU., el famoso “green card”.
Con una sonrisa de oreja a oreja, gorra y gafas de sol, se muestra con el documento en mano y el pulgar arriba, transmitiendo el orgullo de haber sorteado un camino duro lleno de incertidumbre.
La publicación no tardó en generar preguntas y reacciones, especialmente de otros cubanos interesados en el proceso migratorio. Cuando le preguntaron cuánto demoró todo el trámite y si entró por CBP, el protagonista contestó con naturalidad: “Sí, entré en 2023 por CBP I-94. Después de aplicar para la residencia, casi un año esperando para que llegara.”
Lo más llamativo, además de su alegría, fue su dedicatoria a los orishas, esos dioses de la santería afrocubana, a quienes agradece por acompañarlo en esta nueva etapa. Esta mezcla de fe y perseverancia tocó fibras en la comunidad, que se volcó a felicitarlo y a enviarle bendiciones.
Como bien dijo una usuaria: “Cuando uno lucha con fe y humildad, todo llega.” Y no faltaron quienes compartieron sus propias batallas migratorias o le desearon éxito en esta nueva vida fuera de la isla.
Este tipo de relatos son un espejo del drama y la esperanza que viven miles de cubanos, cargados de sacrificios, largas esperas y un anhelo incansable por un futuro mejor lejos del régimen.
Pero no todo es fácil: Mientras unos celebran afuera, otros sufren dentro
Y es que, mientras algunos celebran la residencia, otros siguen batallando con la realidad dentro de Cuba. Un video viral en TikTok mostró a estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de Bayamo haciendo cola para almorzar en la universidad. ¿El menú? Pues para decirlo con el toque cubano y un poquito de ironía, “semillas secas orientales al vapor, garbanzos nadando en agua y tubérculos hervidos sin sal”, con la clásica “piedra en el arroz” que no falta nunca.
La estudiante que grabó el video se ríe con sarcasmo mientras describe la escena y termina jugando “piedra, papel o tijera” con una amiga para ver quién lleva las bandejas, porque el almuerzo no da para mucho ánimo ni energía.
Los comentarios de otros cubanos no se hicieron esperar: muchos expresaron indignación, otros contaron historias parecidas y todos coincidieron en que estudiar en Cuba es un sacrificio enorme que luego se traduce en salarios de hambre y títulos que valen poco en la vida real.
Una persona comentó:
“Para los que dicen que en otros países hay que pagar la carrera, les digo que allá cobran para que valga la pena. Aquí en Cuba pagamos con carencias y esfuerzo para luego ganar una miseria, o terminar con el título en la pared y trabajando en una cafetería.”
Otra agregó una crítica directa al sistema:
“¿Y quién piensa que en Cuba es gratis? Desde séptimo grado se trabaja en el campo sin paga y luego te atan donde quieran. No puedes salir del país sin permiso. ¿Eso es gratis? ¡Qué va!”
Y no faltaron los mensajes de admiración:
“Yo, como venezolana, opino que a pesar de las carencias ustedes sacan profesionales buenos. Eso sí que es un mérito.”
No es un problema aislado ni nuevo
Esta realidad no es solo de Bayamo. En julio de 2024, una foto del almuerzo en la Facultad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba causó revuelo: arroz, frijoles aguados con bichos y plátano eran la base del menú. Un médico comentó:
“Después de tantas horas de guardias y exámenes, merecen una comida digna.”
En mayo de 2023, estudiantes de la Universidad de Oriente mostraron un menú parecido: arroz con chícharos y medio pan. “Eso es lo que comen todos los días”, aseguraron.
Y en 2022, otro joven de la Universidad de Matanzas dejó clara la triste realidad con una foto de su almuerzo: arroz con frijoles, sin plato fuerte, y señaló que la única alternativa —los quioscos privados— están fuera del alcance de la mayoría.
Aquí está el contraste brutal: afuera la libertad, adentro el hambre
Mientras unos cubanos celebran su libertad en Estados Unidos con papeles en mano y fe en el futuro, otros siguen lidiando con la miseria del sistema que el régimen se empeña en mantener. La verdadera crisis en Cuba no es solo política, es social, es hambre, es sueños rotos en cada bandeja de comida universitaria.