La capital cubana vuelve a sufrir las consecuencias de una infraestructura hidráulica en ruinas. Los trabajos para reparar los graves salideros en la conductora de Cuenca Sur avanzan a contrarreloj, mientras amplias zonas de La Habana permanecen sin agua. La situación se ha convertido en otra muestra de la incapacidad del régimen para garantizar servicios básicos a la población.
Aguas de La Habana (AH) publicó este jueves en redes sociales un mensaje optimista sobre la intervención, hablando de una “poderosa alianza” entre varias empresas estatales. Según la nota, la unión de fuerzas busca “optimizar tiempos, sumar experticia y lograr resultados excepcionales”. Sin embargo, como de costumbre, no dieron una fecha concreta para que los habaneros vean fluir el agua nuevamente.
La Empresa de Servicios Ingenieros Hidráulicos Occidente (ESIHO) calificó la reparación como “compleja”, mientras los constructores del sector trabajan bajo la supervisión de Jorge Luis Fajardo Yero, jefe de supervisores del Grupo de Servicios Ingenieros de La Habana. Pero la complejidad no es excusa: la infraestructura arrastra años de abandono, con cortes reiterados que hoy obligan a suspender el servicio de manera inmediata.
Según la versión oficial, soldadores de Cubana del Acero y EMCOR-CUPET se sumaron al esfuerzo, fabricando piezas de grandes diámetros para reparar la conductora de 78 pulgadas que abastece el centro de La Habana. A esto se añaden Aguas de La Habana, EMAROHO y la supervisión directa del INRH, incluido su vicepresidente, Javier Toledo Tapanes.
Aguas de La Habana justificó la suspensión asegurando que “la cantidad y el estado de los salideros obligaron a adelantar la interrupción del servicio, medida necesaria para eliminar una de las más críticas vulnerabilidades que hoy presenta la conductora”. Sin embargo, para los habaneros, estas explicaciones poco alivian la incomodidad de días y hasta semanas sin agua potable.
En barrios como La Loma de Fumero, en Regla, la frustración estalló en las calles. Vecinos golpearon calderos y corearon consignas contra la indolencia de las autoridades, cansados de más de un mes sin suministro, sumado a apagones y la acumulación de basura en cada esquina.
El colapso del servicio de agua en La Habana es un reflejo del desmantelamiento de los servicios básicos en Cuba, donde la propaganda oficial intenta pintar eficiencia mientras la población paga el precio de la negligencia: calles secas, vecindarios sin acceso a lo más elemental y un régimen que, nuevamente, demuestra que prioriza la imagen sobre la vida diaria de sus ciudadanos.