El mundo médico en Cuba está de duelo. Esta semana se conoció la triste noticia del fallecimiento del doctor Néstor Pérez Lache, uno de los neurólogos más respetados y queridos del país. La información salió a la luz a través de publicaciones oficiales, pero lo que más ha generado revuelo son las versiones que circulan en redes sociales sobre las circunstancias de su muerte.
La página oficialista Logística de Vanguardia confirmó la noticia en nombre de los Servicios Médicos de las FAR y del Hospital Militar Central «Carlos J. Finlay», donde el doctor trabajó buena parte de su vida. En el mensaje lo describieron como “una figura colosal de la medicina nacional” y un “profesor insignia”, palabras que reflejan la huella que dejó en generaciones de profesionales de la salud.
Para quienes lo conocieron de cerca, Pérez Lache no era solo un neurólogo brillante, sino también un mentor y un guía. “Su nombre quedará inscrito con letras de oro en la historia de la neurología cubana”, expresaron en la publicación oficial. Otros colegas, como Héctor Bayarre, compartieron en Facebook la sorpresa y tristeza que les dejó la noticia. Su mensaje, además, insinuó lo que muchos ya comentaban en redes: la posibilidad de que se tratara de un suicidio.
Los rumores apuntan a que el doctor habría saltado desde un puente en Santa Catalina y Vento, algo que conmocionó incluso a quienes viven en la zona y vieron el movimiento policial. Aunque no hay confirmación oficial, la versión ha tomado fuerza, sobre todo porque varios profesionales de la salud reconocieron que la crisis mental dentro del sector es un problema real y silencioso.
De hecho, en los comentarios de la publicación no faltaron quienes recordaron casos similares. “En mi policlínico tuvimos dos médicos que también se suicidaron”, escribió un usuario, destacando lo vulnerable que se encuentran muchos galenos en la isla. Y es que detrás de cada bata blanca hay historias de sacrificio, agotamiento y, muchas veces, de desconsuelo.
Compañeros y colegas recordaron a Pérez Lache con cariño: su sencillez, su sabiduría y el amor con el que ejercía su profesión. Otros enviaron condolencias a sus hijos, resaltando no solo su labor como médico, sino también como padre y amigo.
Pero más allá del dolor, su muerte vuelve a poner bajo la lupa la realidad de los médicos cubanos. No se trata únicamente de falta de recursos o bajos salarios; es también la presión política, la vigilancia constante y la explotación laboral a la que son sometidos, dentro y fuera del país.
Varios médicos en el exilio han denunciado que la llamada “potencia médica” no es más que un mito. Denuncian jornadas interminables, control ideológico, salarios miserables y, en el caso de las misiones internacionalistas, la confiscación de gran parte de su sueldo por parte del gobierno cubano.
El fallecimiento del doctor Néstor Pérez Lache deja un vacío enorme en la neurología cubana, pero también nos obliga a reflexionar sobre la situación de un gremio que sostiene a pulso la salud del país, muchas veces a costa de su propio bienestar. Una tragedia que, tristemente, podría repetirse si no se atienden las causas profundas que están afectando la salud mental y la vida de los médicos en Cuba.