La gira sudamericana de Silvio Rodríguez acaba de toparse con un inesperado contratiempo judicial en Chile, donde la justicia ordenó retener parte del dinero recaudado por sus conciertos en Santiago. Aunque el cantautor no está directamente involucrado en el conflicto, su nombre vuelve a aparecer en titulares, esta vez no por su música, sino por una bronca legal que deja al descubierto otro episodio de enredos financieros.
Mientras Silvio llena el Movistar Arena en sus cuatro presentaciones —29 de septiembre, 1, 5 y 6 de octubre—, el 21° Juzgado Civil de Santiago determinó que unos 100 millones de pesos chilenos, equivalentes a más de 100 mil dólares, sean congelados de los ingresos generados por la venta de entradas.
La medida fue solicitada por la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD), que acusa a la productora Redeyes, encargada de organizar los conciertos, de mantener una deuda de más de diez años por derechos de autor no pagados.
Según la SCD, en 2013 la empresa firmó un contrato que le permitía usar obras musicales bajo licencia, pero desde entonces no ha cumplido con los pagos correspondientes, a pesar de seguir organizando eventos y beneficiándose de las canciones de otros artistas. Para colmo, aseguran que Redeyes ha cambiado repetidamente de razón social como maniobra para evadir los cobros y complicar la fiscalización.
Ante ese panorama, el tribunal chileno dio luz verde a la solicitud de retención. Esto implica que el dinero recaudado por la plataforma Puntoticket no podrá ser tocado ni distribuido hasta que se decida el resultado del litigio.
El director general de la SCD, Juan Antonio Durán, fue claro al justificar la acción: “Nuestra misión es defender a los autores con toda la fuerza posible. La música tiene valor y debe respetarse”, señaló con firmeza. Agregó que este tipo de medidas no solo responden a la ley, sino a una verdad elemental: “Sin autores no hay música, y sin música no hay conciertos”.
Durán subrayó además que este caso busca marcar un precedente dentro de la industria chilena, donde el uso de obras sin pagar los derechos correspondientes se ha vuelto una práctica demasiado común.
Por su parte, el trovador cubano no está siendo investigado ni demandado. Silvio Rodríguez no tiene vínculo contractual directo con la productora chilena y ha seguido adelante con su gira, que representa su primer reencuentro con el público de ese país tras siete años de ausencia.
La retención, de carácter prejudicial, es básicamente una medida cautelar. Si la justicia falla a favor de la SCD, ese dinero podría destinarse a cubrir parte de la deuda; si no, sería devuelto a la productora.
Hasta ahora no se ha confirmado si el pago al propio Silvio podría verse afectado, pero es evidente que el escándalo empaña el regreso del trovador más célebre del castrismo, quien, irónicamente, canta sobre justicia y ética mientras su entorno empresarial se enreda en demandas por impago.