En el municipio Perico, provincia de Matanzas, las autoridades cubanas anunciaron la recuperación de varias armas de fuego, aunque la información ofrecida dejó más preguntas que respuestas. La noticia fue difundida por el perfil oficialista de Facebook Con Todos La Victoria (TOL), pero con un nivel de detalle mínimo que genera sospechas sobre lo ocurrido.
Según la publicación, la recuperación se produjo gracias a la «colaboración» de tres ciudadanos y abarcó dos revólveres (.38 y .22), dos fusiles calibre .22 y una escopeta calibre 12. Se asegura que las armas pertenecían a familiares fallecidos de quienes las entregaron, aunque no se ofrecen pruebas ni registros que respalden esta versión. La nota concluye con la consigna habitual de este tipo de comunicados: “¡Frente al delito, las ilegalidades e indisciplinas sociales, TOLERANCIA CERO!”.
Más allá de lo escueto del comunicado, quedan enormes lagunas informativas. No se aclara si las armas fueron entregadas voluntariamente o si fueron encontradas durante algún operativo policial, ni se indica el momento exacto de los hechos, el lugar preciso de recuperación o el destino final del armamento. Tampoco se revelan los nombres de los ciudadanos involucrados ni se ofrecen declaraciones oficiales del MININT, institución que normalmente maneja estos procedimientos.
Otro punto inquietante es la falta de información sobre el estado de las armas: no se sabe si estaban operativas, si habían sido utilizadas en delitos previos o si contaban con algún registro oficial. La explicación de que pertenecían a “familiares fallecidos” resulta especialmente ambigua, ya que podría servir como coartada si surgieran problemas legales posteriores, y no se menciona si las autoridades verificaron esta versión.
El caso evidencia una preocupante opacidad en un país donde la posesión no autorizada de armas constituye un delito grave. La ausencia de detalles choca con la creciente preocupación de la sociedad cubana por la seguridad pública, especialmente en un contexto en que incidentes con armas de fuego en robos y asaltos se han vuelto más frecuentes, aunque poco reflejados por los medios estatales y más reportados en redes sociales y medios independientes.
En tiempos en que la ciudadanía exige mayor claridad y transparencia de las instituciones, el episodio de Perico se convierte en un ejemplo de cómo la falta de información genera desconfianza, incertidumbre y cuestionamientos sobre la seguridad y la gestión estatal de los hechos en el país.