Espesa columna de humo negro cubrió gran parte de La Habana por incendio en depósito de combustible cerca del Hospital La Dependiente

Redacción

Una espesa columna de humo negro cubrió parte de La Habana este miércoles, luego de que se desatara un incendio en los alrededores de la Vía Blanca, muy cerca del Hospital Docente Clínico Quirúrgico 10 de Octubre, conocido popularmente como La Dependiente. El suceso provocó alarma entre vecinos y transeúntes, aunque las autoridades aseguraron que fue controlado a tiempo.

Según los primeros reportes de LaTijera News, el fuego comenzó en un foso donde se acumulaban residuos de dos tanques de combustible, lo que explica la magnitud de la humareda, visible desde varios puntos de la ciudad. De inmediato, brigadas del Cuerpo de Bomberos se movilizaron hasta el sitio y lograron sofocar las llamas antes de que alcanzaran los depósitos principales. Afortunadamente, no se reportaron heridos ni daños estructurales graves, aunque el susto fue mayúsculo.

Minutos después, la administración del hospital publicó un comunicado en redes sociales asegurando que el incendio fue “accidental” y se originó en una zona verde perimetral. La versión oficial culpa a una colilla de cigarro mal apagada, lanzada por una persona desconocida, como posible causa del fuego.

El propio hospital destacó que las llamas fueron extinguidas en menos de 15 minutos, gracias a una “cadena humana” de trabajadores, médicos y enfermeros que se unieron para enfrentar el siniestro. En paralelo, una escuela cercana fue evacuada como medida preventiva, retomando sus actividades poco después de que se declarara el área segura.

El parte oficial agrega que el incendio coincidió con una jornada de limpieza y chapeo en los jardines del hospital, lo que podría haber facilitado la rápida propagación inicial de las llamas. Una vez controlada la situación, el centro retomó su funcionamiento habitual.

Sin embargo, el incidente vuelve a poner sobre la mesa la falta de control y mantenimiento en las áreas públicas de La Habana, donde basureros improvisados, maleza seca y negligencia ciudadana se combinan con la ineficiencia del aparato estatal para crear un cóctel peligroso.

En los últimos meses, los incendios se han vuelto casi rutinarios en la capital cubana. En agosto, vecinos de Centro Habana prendieron fuego a un microvertedero ante la falta de recogida de basura, y en julio, un menor provocó otro incendio al jugar con una fosforera en un solar.

Aunque los bomberos insisten en “extremar las precauciones”, la realidad es que el abandono institucional y la falta de recursos siguen siendo los principales responsables de que cualquier chispa —literal o figurada— pueda convertirse en desastre. En una ciudad donde el humo ya no sorprende a nadie, la negligencia estatal parece ser el verdadero fuego que nunca se apaga.

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