Hay historias que parecen sacadas de una película surrealista, pero no: esto pasó de verdad. Un cubano fue detenido en plena Plaza Roja de Moscú después de intentar, nada más y nada menos, que reunirse con Vladimir Putin. El hombre, que según medios rusos padece una enfermedad mental, terminó hospitalizado tras ser arrestado por las autoridades.
Un cubano con “misión diplomática” propia
Todo ocurrió el jueves 16 de octubre, cuando agentes de seguridad en el centro de Moscú notaron a un extranjero con actitud sospechosa. Intentaron hablar con él, pero el hombre solo respondía en español, lo que complicó la situación. Ya en la comisaría, y con ayuda de un traductor automático, los oficiales descubrieron que el cubano aseguraba ser “el rey de varios países” y exigía hablar con el presidente ruso.
La historia, difundida por el portal Mk.ru, cuenta que la policía no tardó en sospechar que el hombre no estaba en sus cabales. Su forma de hablar y su comportamiento hicieron que los agentes pidieran una evaluación médica, que terminó en su ingreso a un hospital psiquiátrico.
Un viejo conocido de las autoridades rusas
Resulta que no era la primera vez que este cubano tenía problemas en Rusia. En 2022, ya había sido procesado por trabajar sin permiso, cuando se desempeñaba como asistente auxiliar. En aquel entonces, fue multado y deportado. Pero, como buen cubano con espíritu aventurero, logró regresar al país y, ahora, su historia da la vuelta al mundo.
No es el único que quiso hablar con Putin
Aunque parezca insólito, este no es el primer caso de alguien que intenta llegar hasta Putin. El verano pasado, un pintor ruso también terminó en el hospital tras insistir en reunirse con el mandatario. Y en mayo de 2024, otro hombre fue detenido en la misma Plaza Roja, por gritar oraciones y hablar con los transeúntes justo después de la toma de posesión presidencial.
Ni hablar de aquella mujer ucraniana que, tiempo atrás, trató de entrar al Kremlin diciendo que era “la esposa de Putin”.
Silencio oficial y un embajador con estreno curioso
La policía rusa no reveló ni el nombre ni la edad del cubano, y hasta el momento no se sabe si será deportado nuevamente o si permanecerá hospitalizado por un tiempo. Lo curioso es que todo esto ocurrió el mismo día en que el nuevo embajador cubano en Rusia, Enrique Horta González, presentaba sus credenciales ante el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov. Vaya estreno.
De Moscú a La Habana… ¿directo a otra plaza?
Muchos en redes sociales bromean con que, si el cubano regresa a la Isla, quizás su próximo destino sea la Plaza de la Revolución para intentar conversar con Díaz-Canel. Porque, al final, entre la crisis sanitaria, alimentaria y energética que vive Cuba, cualquiera podría perder la paciencia… o la cordura.
Sea como sea, esta historia deja una mezcla de tristeza y humor absurdo: un cubano que quiso hablar con Putin y acabó encerrado en un psiquiátrico. Un retrato más del caos migratorio y emocional que muchos compatriotas viven fuera de la Isla.










