Díaz-Canel presume de calma ante el posible azote de Melissa en modo huracán sobre Cuba: «Tenemos amplia experiencia en ello»

Redacción

El presidente Miguel Díaz-Canel volvió a tirar de discurso vacío, asegurando que Cuba está lista para enfrentar el paso del huracán Melissa. Lo dijo justo cuando el país atraviesa una de las peores crisis energéticas y sanitarias en décadas, con apagones interminables, hospitales colapsados y un pueblo cada vez más desesperado.

“Son muy altas las probabilidades de que Melissa afecte nuestro país en los próximos días. Las provincias que podrían sufrir sus impactos están tomando medidas. Importante prever cada detalle para proteger a nuestro pueblo y cumplir los planes. Tenemos amplia experiencia en ello”, escribió el gobernante este viernes en X (antes Twitter), repitiendo el mismo guion de siempre.

Pero mientras él habla de “experiencia” y “previsión”, la realidad en las calles cubanas es otra historia: apagones de más de 18 horas, escasez de alimentos y medicinas, y brotes epidémicos que revientan los hospitales. Nada funciona, y cada día la gente tiene que inventar para sobrevivir.

El panorama se complica aún más con el colapso del sistema eléctrico nacional, que este viernes reportó un déficit superior a los 1.800 MW, dejando a miles de hogares a oscuras sin remedio ni explicación.

Las palabras de Díaz-Canel no tardaron en provocar una tormenta de críticas en redes sociales. “Experiencia en fracasar por no tener los medios con que hacerle frente”, soltó un usuario. Otro recordó que tras huracanes anteriores “el pueblo quedó abandonado y las ayudas fueron manipuladas”, una herida aún abierta en la memoria colectiva.

Ustedes son peor que los huracanes”, ironizó otro cubano indignado. “No hay medicinas ni equipos médicos, la gente está sin luz e incomunicada, y todavía hablan de experiencia”, escribió un internauta desde el oriente del país, donde las condiciones son especialmente críticas.

La inminente llegada de Melissa, que podría convertirse en huracán en cuestión de horas, agarra a Cuba desprotegida, sin recursos y sin rumbo. La “fortaleza institucional” que el régimen tanto proclama no existe más allá del discurso televisivo. Lo que sí hay es hambre, pobreza y desesperanza.

A inicios de septiembre, un informe del Food Monitor Program (FMP) reveló que el 94% de los hogares cubanos no cree que el gobierno tenga voluntad —ni capacidad— para resolver la crisis alimentaria. La mayoría considera que, si han hecho algo, no ha servido de nada.

La investigación confirmó lo que ya todo el mundo sabe: el hambre, la miseria y la inseguridad son el pan de cada día en una isla donde, según estimaciones independientes, más del 80% de los cubanos vive en pobreza. Y ahora, con Melissa acercándose, el régimen vuelve a poner su esperanza en el mismo discurso vacío que ya nadie compra.

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