Viajar a Cuba se ha convertido en un lujo de millonarios, y no lo decimos nosotros: lo dice una cubana que, con números en mano, explicó en TikTok que regresar a la isla le cuesta más de 15 mil dólares. Sí, leíste bien: ¡15 mil! Una cifra que dejó a muchos con la boca abierta y encendió el debate en redes sobre lo caro que se ha vuelto visitar el país.
La protagonista del video es @saylin4020, una cubana radicada en el exterior que decidió contar sin filtros cuánto dinero necesita cada vez que planea un viaje a ver a su familia. Y su testimonio se volvió viral porque refleja algo que miles de emigrados viven en silencio: el amor por la familia no tiene precio… pero viajar a Cuba sí, y vaya que está caro.
En su video, Saylin empieza aclarando que habla desde su experiencia, no desde la de los demás. Pero cuando empezó a hacer cuentas, todos quedaron en shock. “Pasaje, mil y algo; la renta del carro, tres mil largos; en compras, voy por más de mil dólares ya”, contó. Y eso es solo el principio.
A eso hay que sumarle lo que manda antes de viajar y el dinero que lleva para gastar durante su estadía. “Nosotros cuando vamos, vamos por 15 días, y llevamos alrededor de 5.000 dólares. Cuando tú vienes a juntar todo el dinero —pasajes, renta de carro, todo— fácil, fácil, te montas en 15 mil dólares, incluso más. Te lo digo porque mi primer viaje gasté esa cantidad de dinero”, confesó.
El video, que ya acumula miles de reproducciones, desató una avalancha de comentarios. Muchos cubanos coincidieron en que los precios se han disparado en los últimos años: boletos aéreos por las nubes, alquiler de autos que parece de lujo europeo y un peso cubano que cada día vale menos.
Mientras tanto, la mayoría de los emigrados sigue viajando o enviando paquetes con comida, medicinas y artículos básicos que en la isla escasean más que la gasolina. Porque, aunque los precios sean absurdos, la necesidad de ayudar a la familia siempre gana.
Para muchos, este tipo de viajes no son vacaciones, sino misiones humanitarias. Son días de estrés, de maletas llenas y de sacrificio, donde el gasto no se mide en dólares, sino en cariño. Pero cada vez son más los que se preguntan si vale la pena invertir tanto dinero para pasar unos días en un país donde todo —menos la nostalgia— está por las nubes.
En medio de la inflación, la escasez y la crisis económica, el testimonio de Saylin resume lo que viven miles de cubanos en el exilio: regresar a la isla cuesta un ojo de la cara… pero el corazón no entiende de cuentas.










