Rusia, el destino turístico preferido de los “nuevos ricos” de Cuba

Redacción

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Rusia, el destino turístico preferido de los “nuevos ricos” de Cuba

Cuando se habla de turismo uno siempre imagina París, Sevilla, New York, Londres y demás expediciones impensables para cualquier cubano medio. Para muchos es inimaginable visitar siquiera un cayo, tanto de la costa norte como sur del archipiélago cubano. De hecho, una vez escuché a un profesor afirmar que, con 40 y tantos años que cargaba, nunca había podido ni asomarse por Varadero. Pues sí, el cubano promedio no se puede permitir optar por ciertos lujos, siquiera unas modestas vacaciones; aunque existe un nuevo sector de la población, los “nuevos ricos” (como les llaman), que ostentan y disfrutan de los más selectos ocios.

A esta sección poblacional, nacida principalmente por el auge turístico de 2015 y 2016, no le basta con tomar unos cuantos días de relax en Varadero o algún cayo en cada trimestre, sino que sus viajes en familia son ya a Europa. Un paseo en góndola por Venecia, una corrida de toros en Pamplona, un café en una terraza playera de Marsella; “no paran”. Claro, es que su objetivo, más que disfrutar y conocer lugares nuevos e interesantes, es demostrar a todos sus conocidos que pueden darse cualquier lujo; constituye la cultura del “nuevo rico”, por así decirlo.

Resulta que el nuevo destino predilecto de esta clase social es nada más y nada menos que Moscú. No es la típica promoción de turismo que solemos encontrar en las agencias de viajes: nada de una función de ballet en el Bolshoi, ni una galería de arte ni actividades del estilo; son demasiado “aburridas”. La atención de las personas con mejores ingresos de la isla solo es captada por un viaje con escala en algún mercado. Y es por esto que Moscú ha llegado a ser un plan tan popular. Y es que el cubano ya no puede pensar en viajar sin regresar con un cargamento de productos para revender en la isla.

La ruta Habana-Moscú-Habana se adecúa perfectamente, al parecer, a las preferencias de los más de dos mil viajeros (hasta la fecha) que han optado por el paquete turístico creado por la empresa cubano-rusa Ancontur, diseñado para ocho jornadas en las que, mayormente, se hace estancia en los establecimientos de compra y venta más populosos y baratos de la urbe.

Se llega al aeropuerto Sheremetevo de Moscú, se instalan en habitaciones triples (siempre en un hotel de bajos estándares o casas de renta de precios módicos, lo más barato hallado) y, el plato fuerte: largas horas de compras en los mercadillos Sadovov, Saviolovskiyo, Mitinskiy y “Puerto Sur”, donde abunda la venta al por mayor y las demandadas piezas para autos y motocicletas de la era soviética.

Muchos planifican el viaje en familia, pero su objetivo, más que disfrutar de una travesía conjunta y darle uso a la camarita nueva que nadie sabe enfocar para “especular” de la nieve y del capitalismo con los amigos del barrio, es, además, el poder cargar con la mayor cantidad de mercancía posible para La Habana y hacer uso de todos los kilogramos de peso permitidos en el equipaje de retorno.

Esta ruta, rara vez, también la eligen los nostálgicos que desean regresar a la era soviética, al mero recuerdo de su cúspide histórica y que, contradictoriamente, vuelven desbordados de elogios hacia el nuevo sistema capitalista que rige a la nación actualmente. ¿Quién viaja hasta Rusia, dados los más de 3 mil dólares necesarios para tomar el paquete turístico, porque le abruma la nostalgia?

Claro, el que despilfarra tal capital en un viaje de placer siempre piensa en cómo reponer el gasto, y así es como entran en el juego las horas destinadas a la adquisición de mercancía (con la esperanza de sacarle provecho en Cuba; un negocio redondo). Ya viajar es sinónimo de comprar barato y en cantidades exuberantes, lo que constituye la mejor fórmula del éxito en Cuba: el llamado viaje de “placer-negocios”.

Aunque parezca ridículo, el itinerario Habana-Moscú-Habana es la oferta turística más sofisticada con que cuentan los cubanos de mayor estatus, y si continúan cerrándosele las puertas a los cubanos en otros lugares, hasta pudiera llegar a ser sostenible (claro, cuando acabe la COVID).