La Lenin, en derrumbe y recordada por sus estudiantes

Julio César

En peligro de derrumbe gran parte de la Escuela Lenin en La Habana, el sueño de Fidel Castro que muere como la Revolución

Lo que con la idea de Fidel Castro se convirtió en la Escuela Vocacional V. I. Lenin, el instituto para estudiantes de “alto rendimiento” de La Habana, comenzó siendo la Escuela de Monitores de Vento, cuya inauguración data de 1966. El tamaño del inmueble siempre impidió desarrollar a plenitud la docencia y los planes de estudio y trabajo.

La solución temporal encontrada fue la de dividir el centro de estudios en dos edificios distantes: uno enclavado en la zona de Vento (hoy Boyeros), donde residieron los estudiantes de preuniversitario, y otro en La Coronela (entonces Marianao, actualmente La Lisa), para los alumnos de secundaria. La medida, aunque no fue adecuada, permitió la construcción del actual emplazamiento, donde se asimilaría la totalidad de la matrícula y un ingreso de hasta 4.500 nuevos estudiantes.

La ceremonia de inauguración, celebrada el 31 de enero de 1974, fue personalmente organizada por Celia Sánchez y contó con la presencia del secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Leonid Brézhnev, y del presidente de Cuba, Osvaldo Dorticós, por no hablar de Fidel Castro, primer secretario del Partido Comunista cubano.

El arquitecto Andrés Garrudo Marañón estuvo a cargo del proyecto, utilizando el sistema Girón, diseñado por el antiguo Grupo Nacional de Obras Escolares para el Plan de Escuelas de 1970.

La falta de mantenimiento sistemático ha devenido en que la estructura del centro de estudios se encuentre, en la actualidad, en muy malas condiciones. La composición fue, fundamentalmente, una estructura de esqueleto de hormigón armado y paneles del mismo material para los cierres exteriores y divisiones interiores. Se emplearon losas doble-T de hormigón pretensado en entrepisos y cubiertas, y se le agregaron muros en aras de aumentar la resistencia global de la edificación.

El sistema constructivo obligaba a mantener siempre dimensiones iguales en altura, o sea, a emplear una red de coordinación modular, en función de la que la estructura del edificio fuera sólida, siendo la altura máxima cuatro pisos, cinco a lo sumo en algunos casos.

La complejidad del centro lo transformó en una pequeña Ciudad Escolar, concebida con una diversidad de funciones que contemplaba centros de producción, gimnasio, cine, teatro, peluquería. No obstante, muy pocas generaciones han podido disfrutar de dichas instalaciones por la caída en desuso y la falta de mantenimiento.

La ambientación plástica, cuyo encargado fue el proyectista general Andrés Garrudo, convierte a la Lenin en una obra artística en sí misma, contando con murales realizados por artistas como Servando Cabrera, Mariano Rodríguez, Luis Martínez Pedro y otros. Además, el diseñador gráfico Faustino Pérez realizó pequeños murales y la señalética del centro, y el escultor Pedro Vega donó una de sus obras de cerámica, para la ornamentación. Lamentablemente, el paso de los años no ha tratado bien a estas pinturas y murales.

La obra, ejemplo emblemático del sistema constructivo Girón en los años 60 y 70, le valió al equipo de Andrés Garrudo para obtener un lauro en la I Bienal Nacional de Arquitectura e Ingeniería, en 1990.

Además de como centro educacional, las instalaciones de la Lenin han sido usadas para muchos eventos y contingencias. La escuela se convirtió en Villa Centroamericana en el verano de 1982, alojando a las delegaciones participantes en los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe. También hospedó a los pacientes de la Operación Milagro, comenzada en 2004, período durante el cual se cambiaron ventanas y colocaron equipos de aire acondicionado, lo que provocó filtraciones en la estructura.

Las autoridades decidieron, desde 2017, otorgar todas menos dos unidades a otros organismos, y así se inauguró la Escuela Nacional de Formación Aduanera (ENFA) Vladimir Ilich Lenin.

También ha sido transformada en centro de aislamiento para pacientes de coronavirus desde que llegó la pandemia a la isla, función que cumple desde entonces.

El centro se encuentra sufre un deterioro progresivo, declarándose algunas zonas como inhabitables o en peligro de derrumbe. Sin embargo, los estudiantes que han pasado por allí la recuerdan con sus altas y sus bajas, porque es el espíritu lo que realmente se atesora de esa institución. Es de las pocas escuelas cubanas que mantuvieron tradiciones durante décadas y que realiza reuniones de ex alumnos que se remontan a las primeras graduaciones.

A cargo de las labores de mantenimiento y adecuada conservación está el Ministerio de Educación (MINED), principal responsable del correcto manejo y funcionamiento del inmueble.