Guayacán, un pueblo que parece vivir en la era primitiva en la Cuba de hoy

Redacción

Guayacán, un pueblo que parece vivir en la era primitiva en la Cuba de hoy

Guayacán es un pueblo pobre… primitivo. En medio de las montañas de Guantánamo, parece pertenecer a otra época. No existen calles pavimentadas, ni alcantarillado, ni agua corriente, ni electricidad y sus casas de tablas desiguales provocan en el visitante una sensación sobrecogedora.

En el centro del pueblo se encuentran los edificios principales. Son apenas tres: la escuela, la bodega y la sede de la Cooperativa de Créditos y Servicios que agrupa a los campesinos del lugar. Muy poco se diferencian de las casas particulares y apenas sólo se reconoce su uso social por los carteles mal pintados que les identifican y algunos pomos y latas de refresco calientes que se venden en el mostrador de la bodega.

No existen calles pavimentadas, ni alcantarillado, ni agua corriente, ni electricidad

Una de las pocas “casas de lujo” de Guayacán es la de los hermanos Ciro e Idelsa. Es una vivienda mínima, con una minúscula sala, un comedor, cocina, tras habitaciones y un área que parece un baño. Los límites entre las piezas son los escasos muebles de la familia y algunas cortinas. Pero, al menos, no tiene piso de tierra como casi todas las del pueblo y sus paredes son de ladrillos.

Por una de las ventanas entra un cable eléctrico con múltiples empates. Es la tendedera que alimenta a más de quince casas. Aunque la conexión es, claramente, ilegal, tanto Idelsa como Ciro se niegan a reconocerse como “ladrones”. A su juicio ellos sólo toman la electricidad “prestada”.

Según los pobladores del lugar, Guayacán existe desde antes de la llegada de los españoles. Primero vivieron allí los aborígenes cubanos, luego los negros apalencados y por último la mezcla de todos ellos que constituyen los habitantes actuales.

Más del 90 por ciento de las casas son de madera

Desde los primeros momentos de su surgimiento los pobladores del lugar han vivido del cultivo del café que trajeron los colonos franceses. Primero pagando parte de la cosecha a los dueños de las tierras y después de 1959 como parte de una cooperativa creada por el Estado cubano.

Aunque en la década de 1980 la comunidad se incluyó en el llamado Plan Turquino, lo que derivó en algunas mejoras económicas, Guayacán continuó siendo tan pobre como lo había sido siempre. Siguió sin electricidad y sin consultorio médico.

En Guayacán el tiempo pasa demasiado lento…

En la actualidad malviven en Guayacán 416 personas en unas 208 viviendas. Muy pocos poseen equipos electrodomésticos pues el voltaje de la tendedera los destruye. La energía apenas alcanza para encender algún bombillo y cuando han recibido la visita de los funcionarios de la Empresa Eléctrica ha sido sólo para exigirles que desmonten las tendederas.

Los vecinos sueñan con que al menos les construyan un puente sobre el río cercano que cuando crece incomunica Guayacán e impide la llegada de las asistencias y la salida de los enfermos del pueblo.

En la actualidad malviven en Guayacán 416 personas en unas 208 viviendas

Como no existe acueducto los pobladores beben agua del río o de pozos artesanales. En tiempos de sequía el río se contamina por los desechos que arrastra y las heces de los animales y dependen de las pocas pipas que gestiona el delegado de la Comunidad.

Ante tan complicado panorama muchos pobladores optan por abandonar Guayacán y marcharse a la ciudad en busca de mejores oportunidades. Otros por quedarse, a la espera de que el Estado satisfaga sus necesidades. Después de todo, como afirman Idelsa y Ciro ellos “no piden tantas cosas”.