El Terremoto de 1932, cuando la tierra casi se traga la ciudad de Santiago de Cuba

Redacción

La oriental provincia de Santiago de Cuba ha sufrido el embate de numerosos terremotos, algunos de los cuales han sido de gran intensidad. Entre los que más se hicieron sentir estuvo el del 12 de junio de 1766 con magnitud aproximada de 7.6 y otro el 20 de agosto de 1852. Sin embargo, los daños causados por el de 1932, aún se recuerdan con mucha tristeza.

Con más de seis grados de intensidad, el terremoto de la fatídica noche del 3 de febrero de 1932 hizo que se abrieran grietas en los barrios de Firmeza, Daiquirí y Siboney. No obstante, los mayores daños se registraron en la zona comercial de la marina, donde fueron al suelo los anuncios de los negocios, los cables del tendido eléctrico, telefónico y los tranviarios.

Las torres de Catedral se rajaron y amenazaban con derrumbarse, entre los daños que sufrió, se encuentra el haberse parado el reloj a la una y catorce de la madrugada y los daños en la estatua del ángel.

Terremoto en Santiago de Cuba – 1932

Otros de los edificios dañados fuero la Iglesia Dolores, la de San Francisco, la Beneficencia, el Hotel Venus, se derrumbó el Palacio de Justicia, se vino abajo el tercer piso del Club San Carlos y casi todas las casas del reparto Vista Alegre se quebraron.

En el Hospital de Emergencia y en el Hospital Provincial, no se daba abasto para atender a los lesionados, al punto que se hizo necesario que se ampliara la capacidad de los mismos fuera de las instalaciones hospitalarias. El 80% de las edificaciones en Santiago de Cuba fueron dañadas; de ellas, el 10% fueron derrumbes totales y el 40% sufrió daños severos.

Terremoto en Santiago de Cuba – 1932

Los datos de aquel entonces recogen que solo hubo aproximadamente una docena de muertos, pero la cantidad de lesionados se estima que se acercó a los dos mil.

Tras el paso de la catástrofe comenzaron las labores de recuperación, la prensa de aquel entonces se hacía eco de ello a través del siguiente titular: “CUBANOS: ¡A salvar a Santiago!”; como una clara muestra del gran trabajo que se requeriría para lograr reconstruir la ciudad, luego de haber sufrido la fuerza del terremoto más devastador del siglo pasado en Santiago de Cuba, y que por poco se traga a la provincia.