Sierra Maestra, la famosa terminal de La Habana que acogía cruceros de todas partes del mundo

Redacción

Sierra Maestra, la famosa terminal de La Habana que acogía cruceros de todas partes del mundo

A partir de su inauguración en 1914 la Habana poseía uno de los muelles más importantes del mundo, siendo así debido a la calidad del servicio que ofrecía y a lo moderna que eran sus instalaciones. Gracias a esto numerosas embarcaciones provenientes de todas partes del globo atracaban en las aguas de la bahía de la capital, más específicamente en la terminal de cruceros “Sierra Maestra”.

El proyecto fue llevado a cabo por Barclays Parsons & Klapp para Port of Havana Docks Company en la zona de la Avenida del Puerto ubicada frente a la antigua y emblemática Plaza de San Francisco de Asís. Este consistió en la construcción de un grupo de tres estructuras denominadas espigones, cada una con dos niveles, que se encontraban unidas a una edificación de 4 pisos aproximadamente, llamado edificio Marginal. Los espigones fueron nombrados como San Francisco, La Machina y Santa Clara y estos poseían dimensiones de 208×45 m, 188×45 m y 172×64 m respectivamente.

Estructuralmente el edificio ostenta de un estilo ecléctico y está conformado por numerosas galerías para acceder a las naves de los desembarcaderos, que funcionaron durante décadas para acoger a embarcaciones como Stinner Line, Norway Mexico Gulf, Trasatlántica Francesa, Cuba Line, Navegacione Generale Italiana, Trasatlántica Española, entre muchas otras más.

Su exterior se encuentra recubierto por ladrillo y hormigón armado. Los espigones inicialmente se encontraban impermeabilizados por enrajonado y soladura pero más adelante se cubrieron con planchas de zinc o asbesto cemento a dos aguas.

En su interior está dividido por piedra siporex mientras que las decoraciones se encuentran cubiertas por repellos y terminaciones de estuco. En el caso del suelo se revistió con terrazo, en algunas partes reformados con losa hidráulica, para el piso de las oficinas se usó mármol y zócalos cerámicos para baños.

Entre los servicios que ofertaban se encontraban los típicos: recibir mercancía, almacenarla, manipularla y su correspondiente entrega pero una de las cosas que tenía en especial es que poseía desde sus inicios seis cámaras refrigerantes además de un tren de chalanas, lanchas y un remolcador.

A día de hoy se encuentra encaminada hacia una restauración general aunque por ahora solo se le puede sacar partido a menos del 50% de la estructura usando únicamente el muelle San Francisco.