Cayo Granma, el curioso pedazo de Santiago de Cuba que está en un islote en medio de la bahía

Redacción

Cayo Granma

Cuando se habla de Santiago de Cuba muchos piensan en tierra firme, pero la capital oriental de Cuba tiene un pedazo en medio de la bahía de apenas 2 kilómetros cuadrados, donde viven casi 100 familias en un pequeño paraíso de pescadores, cuyas peculiares casas de madera construidas sobre el mar son casi desconocidas por todos los cubanos.

Lo que más llama la atención de este especial y diferente pedazo de Santiago, que puede recorrerse en tan solo 15 minutos. Tiene su iglesia, su propia oficina de correos, planta telefónica, la tradicional bodega, una peluquería, carnicería, farmacia, consultorio médico, escuela de enseñanza primaria, y un varadero (taller) de lanchas.

Tres tradiciones convierten a Cayo Granma en un importante reservorio de la cultura inmaterial más arraigada de Santiago de Cuba: la fiesta de San Rafael, el carnaval acuático y el Festival de la Jaiba.

Hasta la ermita de San Rafael, la única de su tipo que existe en el área del Caribe –según afirman los lugareños–, llegan católicos de todo el país cada 24 de octubre. A los pies de la sagrada figura acuden las personas vestidas de verde, en sus manos las ofrendas –algunas salidas de las mismas entrañas del mar–, y en sus corazones las aspiraciones por mejores capturas, salud y prosperidad familiar, y viajes seguros.

La ocasión se convierte en una fiesta en la comunidad, donde se rescatan las tradiciones de sus habitantes, entre ellas las culinarias, con platos como el arroz con jaiba o con pescado, las frituras de manjúas, las recetas con mariscos de las abuelas, entre otros muchas más.

El ir y venir de botes, entre Cayo Granma y Ciudamar, traslada una gran cantidad de personas que, además de los motivos religiosos, llegan al islote para disfrutar la fiesta de San Rafael, un jolgorio que promete, en cada entrega, lo mejor de las tradiciones marineras del lugar.

Cada 24 de octubre, desde las seis de la mañana, se realizan misas, bautizos de niños pequeños, las personas con problemas de salud realizan ofrendas; a las cuatro de la tarde se realiza toda la procesión desde la iglesia, el punto más alto del cayo, y por toda la isla.

En el mes de mayo se realiza el Festival de la Jaiba o Carijai. Es el momento donde se rescatan también algunas de las tradiciones más importantes del cayo, como son las culinarias y la pesca. De esta última, por ejemplo, se premia la captura del crustáceo –que da nombre al jolgorio–, más grande y del más pequeño, se realizan también concursos relacionados con la vida marinera y presentaciones de unidades artísticas.

Se realiza el último fin de semana de mayo porque es el mes donde hay mayor presencia de la jaiba en el mar y donde no hay tanto desove, se organiza siempre teniendo en cuenta los criterios de los pescadores que son quienes conocen el mejor momento para hacerse.

En los predios de Cayo Granma, demarcación marinera por excelencia, nació el Carnaval Acuático, una hermosa tradición que aproxima a las personas al principal elemento que le rodea: el mar. Es casi tan antiguo como la Fiesta de San Rafael y según investigaciones el carnaval acuático nació de las personas que visitaban a Cayo Granma justamente durante el jolgorio dedicado al santo patrono de los pescadores.

En la actualidad, los pobladores de este pequeño islote, aunque no están en desacuerdo en compartir este jolgorio carnavalesco con toda la urbe, consideran que la fiesta popular debía tener como protagónico justamente el lugar de su nacimiento: Cayo Granma.