“El depósito”, aquí va a parar todo lo que decomisa la Aduana en Cuba

Redacción

"El depósito", aquí va a parar todo lo que decomisa la Aduana en Cuba

Nos pide que no revelemos su identidad, pero sí nos da su consentimiento a sacar a la luz su denuncia. Tiene 65 años, reside en Jaimanitas, y tuvo que enfilar sus pasos a un lugar llamado “El Depósito”, ubicado en 150 entre 23 y 25, en el reparto Siboney, en el municipio capitalino Playa.

Su paquete procedía de Panamá, de parte de su hijo que vive desde hace varios años en Miami. Lo que presencio allí, la dejó casi traumatizada.

“Aquello daba ganas de rajarse en llanto. La cantidad de cosas que habían sido decomisadas a personas que venían del exterior, o aquellos que iban a recoger envíos familiares. La forma de tratarlos parecía como si estuviesen lidiando con criminales internacionales, pero al entablar conversación con algunos de ellos, pude comprobar que no eran más que unos pobres diablos como yo”, recuerda.

“Uno de los almacenes estaba identificado con un letrero que decía Cuarto de Decomiso, donde metían las cajas, bolsas y todo tipo de bienes incautados. Uno de los oficiales que estuvo presente en el decomiso de tres equipajes a una anciana que lloraba desconsolada, se me acercó y me dijo que no sabía cómo a aquella pobre mujer no le había dado un infarto”, prosigue contando.

“Quizás no le dio allí, pero quien quita que se haya puesto mal en su casa más tarde y que su corazón no hubiese podido aguantar tanta injusticia. Yo fui a aquel recóndito lugar porque mi hijo me había enviado una lavadora para mí y una chapeadora para mi hermano. La chapeadora nos la decomisaron sin mayores explicaciones”, confiesa. Y añade:

“En un primer momento pensamos que era un proceso normal, pero luego con la sangre fría estuve segura que no es más que una soberana desfachatez. A un hombre que viajó a Panamá le decomisaron las tres motocicletas que trajo. El argumento fue que la marca de las mismas no estaba permitidas en Cuba. El señor trató de defenderse al alegar que en la calle había visto gran cantidad de motos de esa misma marca, pero de todos modos se quedó sin ellas”, continua.

Desde el año 2014, la Aduana General de la República de Cuba estableció nuevas regulaciones para los productos que ingresaran al territorio nacional. Y una vez más, el peso, el precio y la cantidad de los productos importados; demarcó los límites de permisibilidad a raíz del crecimiento de turistas cubanos al exterior, debido a la suspensión del permiso de salida que los ciudadanos estaban obligados a pedir y no siempre les concedían, y la flexibilización migratoria.

Esas nuevas disposiciones echaron más leña al fuego de la zona oscuras en las que tradicionalmente han hecho y deshecho los agentes aduanales de la Isla, llegando a convertirse en una especie de cultivo para el caos y delitos como la extorción, soborno, abuso de autoridad y falta de control.

“Son unos descarados”, dice la mujer al recordar la chapeadora decomisada y los sueños tronchados de su hermano campesino.

“No entiendo que pudo tener la chapeadora, el equipaje de la señora o las motos para que fueran decomisados. Lo más lindo del caso es que cuando te quitan algo te dicen que va para Palco. Todo para Palco. Y ¿quién es Palco?”.

Palco es una cadena de tiendas recaudadoras de divisas que se caracteriza por el elevado precio de sus productos, algunos muy difíciles de encontrar en otros establecimientos, con un centro comercial de grandes almacenes localizado en La Estrella, reparto Siboney.

A la señora sinceramente le daba igual lo que fuera Palco. De lo sucedido en el “depósito” prefiere no acordarse y si alguien llega a preguntarle, su respuesta de seguro será la misma siempre: “Eso no es más que un descaro”.