Autorizan la importación de motos eléctricas de cualquier potencia y anuncian que se permitirán concesionarios privados que importen y vendan vehículos a la población

Redacción

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El gobierno cubano ha anunciado recientemente la autorización para la venta mayorista de vehículos nuevos y usados en moneda libremente convertible (MLC), como un esfuerzo para solucionar la crisis del transporte en el país. Esta medida tiene como objetivo reactivar la circulación de divisas y permitir la venta de automóviles y motocicletas a personas jurídicas cubanas y foráneas. Según el ministro de Transporte, los interesados “podrán acceder a un grupo de comercializadoras que les venderá vehículos de motor a un precio mayorista que se forma a partir del costo de adquisición y con hasta un 30% de margen comercial”.

Sin embargo, esta medida es solo un parche temporal para la crisis del transporte que ha sido empeorado por la falta de inversión extranjera y la carencia de piezas de repuesto, la imposibilidad de disponer de divisas suficientes y el bloqueo de EE UU.

El transporte público ha estado en un deterioro progresivo durante los últimos tres años, lo que ha producido una gran insatisfacción en la población. La situación ha sido reconocida por el propio ministro de transporte, Eduardo Rodríguez Dávila.

Además, el precio de los vehículos será actualizado cada seis meses hasta que se logre un ajuste. Si el cliente compra más de dos vehículos ligeros, deberá pagar un impuesto especial que se utilizará para enfrentar la situación, según el ministro de Transporte.

Además, el gobierno cubano ha eliminado la restricción para importar motocicletas eléctricas de más de 1,000 vatios de potencia y se propone seguir “reciclando” los vehículos que sean dados de baja por el Ministerio de Turismo.

El gobierno también piensa tomar medidas, aunque no las ha especificado, para mejorar el transporte de alimentos en el interior del país.

Rodríguez Dávila afirmó que se implementará la recuperación de todos los vehículos de baja del turismo que sea posible para su comercialización, en interés de la economía, como alternativa a su desarme. Además, se mantendrá el fondo para el desarrollo del transporte público como destino de los ingresos provenientes de la aplicación del impuesto especial, tanto de las ventas minoristas como el nuevo a las ventas mayoristas.

Las ventas minoristas de vehículos de motor nuevos y de segunda mano en MLC para todas las personas naturales cubanas y extranjeras radicadas en Cuba, se mantendrán. Los precios de estos serán los de referencia del mercado cubano y las comercializadoras autorizadas serán las definidas en la norma aprobada.

Estas nuevas normas permiten a empresas estatales, firmas extranjeras, cooperativas y mipymes, ampliar la relación de entidades que pueden realizar la comercialización, tanto en plaza como desde el exterior.

A pesar de los esfuerzos del gobierno, el transporte público en Cuba sigue siendo un problema grave. Las empresas encargadas de operar el transporte están en pérdidas y reciben apoyo del presupuesto del Estado, y los precios de los transportes no estatales están por encima del nivel adquisitivo del cubano medio. Tanto la Autopista Nacional como la Carretera Central, los dos viales más importantes del país, se encuentran en un estado alarmante, por no hablar de las carreteras provinciales. El estado técnico de los vehículos estatales es pésimo y la carencia de combustible hace que sea imposible poner en marcha todos los vehículos de transportación pública, lo que produce una gran insatisfacción en la población.

El gobierno cubano ha culpado en gran medida al bloqueo de EE. UU. por la crisis económica que enfrenta el país, pero la falta de inversión extranjera también ha contribuido al problema. Según el ministro de Transporte, para el mantenimiento del transporte público en Cuba se necesitarían más de 40 millones de dólares.

Es importante destacar que las personas naturales en Cuba no pueden comprar vehículos nuevos o usados en moneda libremente convertible. Esto significa que solo las empresas y las personas extranjeras podrán adquirir estos vehículos. La mayoría de los cubanos no pueden acceder a los automóviles, lo que agrava aún más la crisis del transporte.