Prensa oficialista intenta apuntarse un triunfo y dice que la visita de Ana de Armas es un ejemplo de la “apertura” que vive Cuba

Redacción

La revista La Jiribilla, vinculada al Ministerio de Cultura del régimen cubano, publicó recientemente un artículo en el que se habla sobre la visita de la actriz Ana de Armas y su repercusión en los medios oficiales, considerándola como una prueba de apertura en Cuba.

Según el autor, Ernesto Estévez Rams, la visita de la actriz a Cuba es una muestra clara de apertura en el país, ya que revela que ella se siente segura para disfrutar de unas vacaciones en la isla. Además, destaca que su presencia en lugares públicos y su sonrisa en las calles cubanas son una declaración en sí misma, y afirma que esto demuestra que no existe una falta de apertura en la sociedad cubana, como muchos han afirmado.

El autor también hace referencia a las críticas que ha recibido Ana de Armas por parte de activistas y cubanos que, principalmente desde el exilio, le piden que hable sobre la realidad cubana. A este respecto, afirma que la actriz no tiene ninguna obligación de hablar sobre este tema y que su visita a Cuba no debería ser vista como un símbolo cultural o político.

En este sentido, Estévez Rams critica la prensa que se pliega al “colonialismo cultural” y refleja a Ana de Armas como modelo de éxito a seguir, con tal de estar de moda y no ser pedante. Según él, si la prensa cubana sucumbe a esta tendencia, entonces tenemos un problema, y no es Ana, sino nuestra propia prensa.

Asimismo, el autor cuestiona el trabajo de la actriz en Hollywood y asegura que no es la mejor actriz de Cuba, ni históricamente ni entre las actuales. No obstante, reconoce que Ana de Armas tiene talento y puede tener un futuro brillante en la industria cinematográfica.

Por último, Estévez Rams afirma que debemos crear el ambiente propicio para que Ana de Armas regrese a Cuba cada vez que lo desee, sin la necesidad de hacer declaraciones forzadas o condicionar su regreso a ellas. Para él, cada visita de la actriz es un triunfo y no importa si se siente obligada a decir algo para calmar a sus críticos.