Regresaron las croquetas explosivas a La Habana: “Las explosiones sucedieron ya estando las croquetas refrescando en el plato”

Redacción

Las croquetas que se venden en Cuba tienen una característica peligrosa: explotan al entrar en contacto con el aceite caliente. Lo preocupante es que también pueden estallar incluso después de ser servidas en el plato, lo que representa un riesgo para los consumidores.

Recientemente, un internauta llamado Daniel Martínez González compartió en Facebook su experiencia alarmante con unas croquetas adquiridas en un comercio ubicado en el barrio del Vedado, en La Habana. Según su testimonio, estas croquetas explotaron en el plato mientras se encontraban enfriando. Afortunadamente, no hubo heridos, pero el incidente resalta el peligro potencial de cocinar este producto.

Daniel denunció en su publicación: “Las explosiones sucedieron ya estando las croquetas refrescando en el plato. Afortunadamente, mi sobrino pequeño no estaba en casa y mi madre no se encontraba cerca en ese momento”. Adjuntó fotos que mostraban los fragmentos de las croquetas esparcidos por la pared y el techo.

Este no es el primer caso de croquetas explosivas reportado en Cuba. Durante años, este problema ha causado quemaduras en el rostro y en otras partes del cuerpo de numerosas personas. Incluso el año pasado, dos mujeres sufrieron graves quemaduras al cocinar estas croquetas en un negocio privado en Bauta.

Estas croquetas, elaboradas por la empresa estatal procesadora Prodal, son altamente demandadas debido a la escasez de alimentos que afecta a la población. Se componen de una sustancia de proteína animal cocida mezclada con harina de trigo y pan. Sin embargo, algún ingrediente desconocido parece ser responsable de las explosiones.

Ante las quejas de los consumidores, el gobierno cubano ha tratado de eludir la responsabilidad culpando a la población de “no saber freír las croquetas”. Incluso han publicado un manual que explica el “proceso correcto” para evitar accidentes. No obstante, los informes sobre las explosiones de croquetas se remontan a la década de 1970, cuando varias personas sufrieron quemaduras faciales e incluso perdieron un ojo.