La tranquilidad de una familia cubana se vio interrumpida por un acto de violencia sin precedentes. Durante la madrugada, los padres de un sacerdote en Santiago de Cuba fueron brutalmente asaltados en su propia casa. La situación, descrita en detalle por Leandro NaunHung en una publicación de Facebook, revela la crudeza de lo sucedido y sus impactantes consecuencias.
En el relato, NaunHung narra cómo su madre se encontró cara a cara con tres jóvenes enmascarados y delgados en la cocina de su hogar mientras buscaba agua en plena noche. Estos individuos portaban machetes y estaban consumiendo alimentos del refrigerador. La situación se tornó violenta cuando los asaltantes se percataron de la presencia de la madre y la atacaron sin piedad. Aunque logró escapar del filo de los machetes, no pudo evitar las patadas que la dejaron tendida en el suelo.
El padre del sacerdote, despertado por los gritos de auxilio, se encontró en segundos con los tres asaltantes, quienes lo golpearon y le propinaron un machetazo en la cabeza antes de huir de la escena del crimen. Ambos padres sufrieron múltiples heridas producto de este violento ataque, siendo el padre el más afectado. A pesar de la gravedad de la situación, la atención médica se vio obstaculizada por la falta de una ambulancia y la ausencia de un neurocirujano disponible en ese momento.
La angustia y el dolor se hacen evidentes en las palabras del sacerdote, quien compartió su preocupación por el estado de su padre y agradeció a Dios por la vida de ambos.
También expresó su indignación por la creciente ola de violencia y vandalismo que ha invadido al pueblo cubano. Condenó la falta de valor hacia la vida humana que se muestra en actos como este, donde las personas no dudan en recurrir a la violencia para robar objetos de escaso valor en tiempos de escasez y crisis.
En medio de la desesperanza, el sacerdote pidió oraciones y protección divina para su familia y su comunidad, deseando que no tengan que vivir más horrores como este. El incidente ha dejado una profunda herida en la sociedad cubana, que se enfrenta a una realidad donde la violencia parece haberse adueñado de las calles.
Este trágico suceso es un recordatorio de la importancia de buscar soluciones para abordar la violencia y la inseguridad en la sociedad. La solidaridad, la educación y el respeto por la vida humana son valores fundamentales que deben ser promovidos para crear un entorno más seguro y armonioso para todos los ciudadanos.
