Habaneros alertan sobre ola de asaltos en Alamar: “Son unos ninjas, muchachitos que no llegan a 20 años”

Redacción

En las redes sociales, una cubana alertó sobre un reciente asalto a una señora en el camino de la zona 12 que sale a la cocina gigante en Alamar, La Habana. Según el testimonio, unos jóvenes, a quienes describió como “ninjas”, asaltaron a la mujer, arrebatándole su bolso con documentos, teléfono y algo de dinero.

“No dio tiempo a nada. Le dieron un tirón y le arrebataron su bolso con todos sus documentos, su celular y un poco de dinero. Son unos ninjas, muchachitos que no llegan a 20 años. De la nada te aparecen. Hay que tener mucho cuidado”.

Esta lamentable situación ha generado preocupación entre los vecinos, quienes denuncian la creciente ola de violencia en la zona.

La víctima del asalto, visiblemente afectada, relató que había pasado por un duro trance para cobrar su chequera debido a los problemas con los cajeros automáticos y que apenas había recibido su pago por un arduo trabajo. Afortunadamente, otra persona pudo ofrecerle ayuda económica para paliar la situación, pero no deja de ser una lamentable experiencia.

La situación de inseguridad no parece estar limitada solo a jóvenes delincuentes. Una de las residentes de la zona contó que su hija fue asaltada por una persona mayor en la rotonda de la Chel. Esta preocupante tendencia de violencia afecta a todas las edades y genera temor entre los habitantes de Alamar.

Los vecinos exigen medidas para poner fin a esta ola de delincuencia. Creen que las autoridades deben tomar acciones contundentes para detener a los responsables y garantizar la seguridad de los ciudadanos. Muchos se sienten desprotegidos y señalan la necesidad de una respuesta efectiva por parte de las autoridades.

Además, algunos residentes expresaron su desconfianza hacia la actuación de la policía. Sospechan que los delincuentes son protegidos por informantes dentro de la institución, lo que dificulta aún más el combate a la delincuencia. La falta de confianza en las autoridades y la percepción de impunidad agravan la situación y generan un ambiente de inseguridad en la comunidad.