¿De dónde salen los millones de dólares que invierten en sus productos las MiPymes en Cuba?

Redacción

En Cuba, el tema de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) ha generado un intenso debate en torno a su verdadera independencia del gobierno. Se argumenta que estas empresas han sido utilizadas por el gobierno para mantener el control sobre sectores económicos importantes. Originalmente creadas para fomentar la producción interna y reducir la dependencia de las importaciones, muchas de estas MIPYMES se han centrado en la importación y reventa de productos.

La falta de un verdadero crecimiento de empresas privadas en sectores productivos ha llevado a cuestionar la efectividad y autonomía del sector privado en Cuba. Algunos economistas y activistas señalan que el gobierno está utilizando a estas MIPYMES como una fachada para tratar con mercados que ya no confían en ellos debido a problemas financieros.

Además, en un intento por aparentar una apertura al sector privado, el gobierno cubano ha eliminado gradualmente a los verdaderos empresarios privados. El año pasado, las MIPYMES perdieron un beneficio fiscal y se restringió su objeto social, lo que ha generado preocupación entre los emprendedores cubanos.

La falta de transparencia en el flujo de dinero y la dificultad para obtener divisas extranjeras son temas recurrentes. Las MIPYMES venden sus productos en pesos cubanos, pero importan productos en dólares, lo que ha generado dudas sobre cómo obtienen las divisas necesarias para las importaciones.

Las MIPYMES han sido señaladas como un medio para eludir lo que queda del embargo estadounidense y presentar una cara más amigable de la dictadura al mundo. Se ha mencionado que el gobierno parece favorecer a aquellas MIPYMES que están conectadas con el gobierno, actuando en complicidad con el régimen y lavando las manos del gobierno en cuanto a la inflación.

El acceso restringido al mercado internacional y la dependencia del gobierno han llevado a un monopolio mayorista controlado por MIPYMES “enchufadas”, mientras que los minoristas, en su mayoría emprendedores privados, tienen precios expuestos al escrutinio público.