En las escaleras de un edificio en La Habana, una familia cubana con tres hijos ha estado viviendo en condiciones deplorables durante meses, según denunció la activista Diasniurka Salcedo Verdecia y una fuente que prefirió mantenerse en el anonimato. Esta situación desgarradora revela la falta de apoyo del régimen y la indiferencia de las autoridades hacia los ciudadanos necesitados.
La voz de la activista se alza para dar visibilidad a esta tragedia silenciada: “Quiero que este caso se haga público. Desde hace meses, Regladys Carbonell, una madre de tres niños, uno de ellos un bebé de un año, ha estado durmiendo en las escaleras de un edificio en el Reparto Barbosa del municipio Playa, Avenida 23 /308 y 310”, compartió Salcedo en su perfil de Facebook.
A pesar de que las autoridades locales tienen conocimiento de esta situación, no han tomado medidas para resolverla. Salcedo denuncia: “Los supuestos directivos de la zona conocen su caso y no hacen nada para resolverlo. Ella en reiteradas ocasiones ha ido a instituciones correspondientes y nada. Mientras siguen como animales durmiendo en una escalera”.
La desesperación de esta madre cubana es palpable, y Salcedo expresa su indignación en nombre de Regladys y sus hijos: “Por favor, ayúdenme a hacer público este abuso y que este régimen acabe de largarse por no asumir su responsabilidad como lo que se hacen llamar. ¿No es que los niños son la esperanza del mundo?”, cuestiona.
Una fuente que conoce la situación detalla aún más la difícil realidad que enfrenta esta familia: “Ella es una madre con tres hijos que duerme en una escalera hace meses. Ha acudido a todas las instituciones pertinentes y nadie le ha brindado una solución a su problema. Mientras tanto, ella y sus hijos continúan viviendo en condiciones deplorables, como si fueran animales en una escalera. Entre los niños se encuentra una bebé de un año y medio de edad. Esto es inhumano. Por favor, ayúdame a hacer esto público”.
El origen de esta tragedia se encuentra en la vida previa de Regladys. Vivía con el padre de su hija, quien lamentablemente es un alcohólico. Ambos compartían un apartamento con la hermana del padre y otras ocho personas. Este apartamento de tan solo dos cuartos se convirtió en un hogar disfuncional, plagado de problemas de convivencia.
La situación llegó a su punto límite cuando la hermana del padre, quien tenía la autoridad en la casa, decidió expulsar a Regladys y a sus hijos. Según la fuente, ella argumentó que Regladys no tenía derecho a vivir allí y la rechazó de manera categórica. En un espacio tan reducido, con 12 personas compartiendo comida y espacio para dormir, la vida se tornó insostenible para Regladys y sus hijos.