La joven modelo cubana Juliette Valle compartió su compleja historia con los tratamientos estéticos en su país natal, enfrentando resultados que variaron considerablemente a lo largo del tiempo.
Con solo 25 años, Juliette ha vivido ya una amplia gama de experiencias con la cirugía estética. A través de su canal de YouTube, relató cómo a los 17 años se sometió a su primer procedimiento quirúrgico, un aumento de senos que, en ese momento, la dejó enormemente satisfecha con los resultados.
Sin embargo, su travesía por el mundo de la estética apenas comenzaba. Ya inmersa en su vida universitaria, y siguiendo las tendencias de la época, decidió aventurarse con un retoque en los labios. En aquel entonces, el biopolímero era el único relleno disponible en Cuba para este tipo de procedimientos. Utilizó esta sustancia sin conocer los riesgos que eventualmente enfrentaría, como ella misma explica: «sin saber las consecuencias que traería futuramente y lo que me ha traído al día de hoy».
Poco después de usar el biopolímero, Juliette notó una asimetría preocupante en sus labios, con deformidades que incluían áreas más gruesas y otras más delgadas, además de la aparición de nódulos duros bajo la piel.
Dos años más tarde, buscando soluciones, fue atraída por un salón en El Vedado que ofrecía tratamientos con ácido hialurónico. Informándose sobre el compuesto, que se encuentra naturalmente en los tejidos cutáneos, Juliette pensó que el procedimiento sería seguro y efectivo para corregir las imperfecciones previas. «Supuestamente la idea era corregir o rellenar esas imperfecciones que ya yo traía producto del biopolímero», señaló con esperanza.
Inicialmente, el resultado pareció prometedor, pero algunos meses más tarde, los problemas resurgieron y los labios comenzaron a perder su forma nuevamente. Describiendo la creciente desilusión, reveló: «Todo era un caos en ascenso. Resultó ser que lo que me habían puesto nuevamente era biopolímero. Me entero, porque como se dice en buen cubano, el salón explotó. Se supo todas las negligencias que se hacían allí».
Antes de dejar Cuba para los Estados Unidos, Juliette tuvo una breve carrera en la televisión cubana, lo que le proporcionó cierta notoriedad en su país de origen. Ya en los Estados Unidos, específicamente en Miami desde el año 2002, Juliette encontró no solo un nuevo hogar sino también el amor. Conoció a Eduardo López Cardoso, un influencer cubano famoso por su personaje de La Flaca Verónica, con quien más tarde comenzaría una vida en común.
El año pasado, la pareja decidió mudarse juntos a un apartamento, consolidando su relación. Juliette también ha encontrado oportunidades en Miami, trabajando inicialmente en proyectos como «La Esquina Caliente» y Miami Vice.
Con 344,000 seguidores en Instagram, Juliette ha cultivado una presencia activa y creciente en las redes sociales. Además, ha empezado a ganar reconocimiento en el ámbito artístico, destacándose en proyectos como su aparición en el videoclip «La máquina del tiempo», de Maxwell y El Chacal, que se lanzó en abril.